El informador ubica -entre otros académicos a cargo- a una maestra experta en psicología clínica y a otra enfocada a lo organizacional. Según he averiguado, podrían ser Daniela Espinoza Villaseñor y Xóchitl Velasco López, quienes no pudieron ser localizadas por estar de vacaciones.
Aquí algunos de los apuntes de lo que una vez concluido habrá sido o deberá ser entregado en propia mano -según instrucciones del rector Emilio Baños Ardavín- a Antonio Sánchez Díaz de Rivera y guardar la más absoluta reserva sobre el asunto.
Apuntes previos
“Para poder inferir los rasgos de personalidad del susodicho han sido entrevistadas personas que tienen o han tenido trato directo y frecuente con él, algunas como aliados o promotores, otras como adversarios y otras como subordinados. De dichas entrevistas se deduce lo siguiente:
“Es una persona sin capacidad de empatía real, sólo reconoce las necesidades del otro en la medida que sirvan a sus intereses, lo que indica la personificación de una serie de desviaciones que se asocian a un conjunto de síntomas descritos en 1986 por Paul-Claude Racamier que llevan a la capacidad y el placer de resguardarse del “dolor por el otro”.
“Racamier desarrolló el concepto como “una disfunción en la interacción,” término retomado por Gérard Bayle, quien explica que la noción de perverso narcisista sirve para describir los procesos perversos en las familias y los grupos.
“Es difícil establecer una definición del perverso narcisista; ello sólo es factible mediante el análisis de casos concretos como el que nos ocupa, en el que los constructos que más se acercan al caso son los del Trastorno Narcisista de la Personalidad y la Psicopatía.
“Sin duda nuestro personaje presenta una personalidad marcada por rasgos exacerbados de narcisismo y perversión consistentes en la satisfacción de deseos y necesidades a expensas de los otros.
“Sin embargo, según Marie-France Hirigoyen, la perversidad no proviene de un trastorno psiquiátrico, sino de una fría racionalidad que se combina con la incapacidad de considerar a los demás como seres humanos. El perverso sabe cómo seducir al grupo y conseguir que funcione de manera inhabitual; conoce sus límites y frena su acción cuando percibe que puede ser descubierto.
“Los individuos perversos narcisistas, según Alberto Eiguer, son aquellos que bajo la influencia de su “grandioso yo” intentan crear un vínculo con un segundo individuo, atacando muy especialmente su propia imagen de integridad con el fin de desarmarlo.
“Para Eiguer, estos individuos atacan el amor propio de los otros, su confianza y la autoestima para hacerles creer que el vínculo con el perverso es irremplazable y que es el otro quien lo solicita.
“Lo anterior se reveló claramente en las trece entrevistas realizadas.
“El aludido sobaja a sus interlocutores y les hace sentir que su presente y su futuro dependen de él y su benevolencia. Infunde temor, inseguridad y deseo de quedar bien con él.
“El perverso narcisista adolece de incapacidad patológica para sentir culpa y sólo le preocupa la imagen que proyecta al resto, sin llegar a considerar a los otros como personas; es decir, para él sólo son objetos que puede utilizar.
“El actuar perverso -según Marie-France Hirigoyen- se caracteriza por la falta de comunicación real e intenta proyectar una imagen de grandeza, poder y de sabiduría.
“Neutraliza el conflicto haciendo creer al otro que el problema es inexistente. El mecanismo de este tipo de personalidades se articula negando a sus víctimas la oportunidad de ser oídas, pues no le interesan otras versiones de los hechos. Con esta supresión del diálogo, el perverso viene a decir que el otro no le importa.
“El perverso utiliza la mentira, pero no de una forma directa; más bien prefiere usar un conjunto de insinuaciones y silencios que generen un malentendido en su propio beneficio. La agresión perversa se caracteriza por llevarse a cabo en silencio, mediante alusiones e insinuaciones. Con ello, el perverso evita que se pueda determinar cuándo haya podido comenzar la agresión, o bien que se pueda catalogar su naturaleza, ya que infunde confusión en los otros; éstos, si llegan a señalar el hecho pernicioso, serán refutados por el sujeto perverso y, más aún, les querrá convencer de que ellos son los agresores.
“Según Hirigoyen, las relaciones que establecen los perversos narcisistas se desarrollan en dos fases, primero la seducción y luego la violencia. La seducción se produce a través de un proceso de influencia y dominación. En este proceso de seducción, el perverso procura fascinar sin ser descubierto, a través de una conjura de la realidad y una manipulación de las apariencias.
“Esto se manifestó sobre todo en quienes lo trataron mientras luchaba por obtener la candidatura panista a la gubernatura.
“Racamier lo llama “privación del seso” cuando explica el proceso de preparación y desestabilización que sufren los interlocutores, hasta acabar perdiendo la confianza en sí mismos, lo cual hemos podido constatar en todos nuestros entrevistados.
“El dominio se produce a través de tres ejes de control que tienen un componente destructor que anula el deseo y la especificidad de las víctimas:
– Una acción de apropiación mediante el desposeimiento del otro;
– Una acción de dominación que mantiene al otro en un estado de sumisión y dependencia;
– Una acción de discriminación que pretende excluir al otro.
“Para Hirigoyen, la violencia perversa es difícil de detectar por los testimonios externos y es negada por el agresor, que rechaza asumir su responsabilidad en el problema y culpa a los otros. Para la psiquiatra esto constituye una violencia adicional que recae sobre las víctimas cuyo testimonio es despojado de credibilidad, lo que genera una violencia reactiva en ésta.
“La violencia del perverso es indirecta, no deja marcas físicas ni heridas, pero sí daños psicológicos que pueden ser de por vida. Esto constituye un tipo de acoso moral, es decir una repetición frecuente, intencionada, indirecta e invisible«.
No conozco lo que siga a estos apuntes ni su conclusión final, pero todo indica que estos estudios se llevan o llevaron a cabo desde antes de los lamentables hechos de Chalchihuapan, y aún sin que conozca el documento terminado que fue o será entregado a Antonio Sánchez Díaz de Rivera, sin duda muestra un estudio serio y a todas luces acertado en la descripción de la personalidad del gobernador Moreno Valle.
También deja ver un flanco que atacarán sus adversarios para debilitar su capacidad de operación tanto con su círculo cercano como en el CEN del PAN, donde aplica la misma fórmula que usó para hacerse del partido en Puebla.
Y todo por reducir a su mínima expresión, no exterminar, a La Organización nacional.
Ahí, vienen.
Nota bene (1)
Los subrayados en negritas son del autor de la columna.
Nota bene (2)
Emilio Baños Ardavín y Antonio Sánchez Díaz de Rivera operan El Yunque nacional, no el de Puebla.
Nota bene (3)
El análisis ocurre en el contexto que el representante de La Organización en el país, Marco Antonio Adame, cercano a Gustavo Madero, ha reportado presiones de yunquistas panistas nacionales que piden la expulsión de Moreno Valle del PAN, luego de ser desplazados por el grupo del poblano de la estructura partidista.
Nota bene (4)
El estudio nada alejado de la realidad. ¿O se equivoca?
