23-11-2024 03:10:03 PM

Sofocan rebelión en los medios sujetos al Tripack

alpor22

Después del enfrentamiento en Chalchihuapan, los suyos callaron seis días y tras la muerte del menor, víctima del impacto de la #LeyBala, los citó conforme los lineamientos del Tripack para ordenarles que publicaran su exoneración.

Llama la atención la actitud de los dueños y directivos de los medios que bien pudieron pedir crónicas, reportajes y toda clase de géneros informativos para defender la posición gubernamental, a partir del 10 de julio.

Fueron incapaces de construir una agenda informativa a favor de quien les paga.

Su silencio provocó un vacío que terminó por llenarlo la crítica, la versión real de los hechos, el cobro de una por una todas las que ha hecho, según se pudo leer, en redes sociales.

Los incómodos se comieron en un bocado periodístico al puto Tripack.

¿Qué pasó en los medios aliados al gobierno?

¿Se apanicaron?

¿Se sentaron a esperar el boletín o la llamada telefónica oficial para recibir una línea que jamás llegó hasta el sexto día cuando tenían que defender lo indefendible?

¿La línea y el boletín en un encuentro privado la noche del domingo en el Centro Integral de Servicios para suplantar los hechos?

Todo se había jodido con la triste frase del secretario General de Gobierno, Luis Maldonado, sobre las piedras de gran calibre que hizo que de la indignación se pasara al mame.

El responsable de la política interna del estado, el operador político de un gobernador que es presidenciable y reconocido en todos los círculos de poder, terminó como el bufón, el hazmerreír de Puebla.

¿Dónde quedaron todos los que fueron al desayuno de la Libertad de Expresión el pasado 6 de junio en Casa Puebla?

¿Y el orador de ese encuentro también enmudeció?

¿Y los abrazos con el respectivo señor gobernador siga así de chingón, Puebla lo necesita?

Cientos de millones de pesos se ha gastado Moreno Valle en su imagen mediática para que cuando más los necesita lo hayan dejado solo; hoy se le construya un perfil autoritario y represor, sin que nadie lo pueda remediar.

La corte de aduladores cree que ocultar los hechos en sus guiones de televisión, radio o páginas de periódicos es lo mejor. La versión oficial llegó para quedarse en los códigos periodísticos.

Hay una versión cada vez más fuerte que buena parte de los dueños y periodistas finalmente expresaron con su silencio su malestar contenido en tres años de vejaciones.

Dejaron pasar, dejaron hacer.

Conductores de televisión, de radio, columnistas y reporteros finalmente se sienten sometidos al Tripack y se hicieron a un lado con su silencio para que el escándalo de la violencia creciera como bola de nieve.

Ellos sabían que era indefendible. Les valió madre. Protestaron, callados.

Lo que habría que ubicar es quiénes no actuaron —a pesar de los millones de pesos que reciben cada año— por pendejez, por malestar o por consigna.

Me queda claro que el gobernador tiene tres amigos en los medios: Raymundo Alonso de TV Azteca; Patricio Zorrilla de Ultradigital; y Gerardo Islas de Sexenio. Sus empresas informativas ni se enteraron de la crisis que envolvía a quien le deben mucho. Nada más hay que ver montos de los convenios publicitarios que reciben y negocios para corroborarlo. Unos de vacaciones, otro en la farándula.

Del otro lado, existen medios alejados del cielo morenovallista: Armando Prida, dueño de Síntesis.

Otros molestos por el trato y el acoso de los voceros a marcar líneas editoriales: Doña Coral Cañedo de Cinco Radio; y Gerardo Jean de Televisa.

Uno celoso (Rafael Cañedo Carrión, de La Tropical Caliente) por los jugosos negocios y mejores contratos a los medios ligados al marinismo.

Los compromisos con el ex gobernador Mario Marín: José Hanan de la Diez; y Mario Montero de Tribuna, ausentes. El primero en su nivel radiofónico, en el segundo caso hasta Don Enrique Montero Ponce anda buscando otra estación para transmitir su noticiero.

Donde mandan los Grajales, no gobierna Iván Mercado. La postura de Radio Oro es muy puntual sobre irse separando de la versión oficial.

En términos de la prensa, El Sol de Puebla, representado por Felipe Serafín, acosado por el gobierno y acusado con la OEM, simplemente se abrió.

Milenio en espera de lo que Marcelo García Almaguer ordene.

Y las demás plumas digitales a la expectativa de la pugna entre voceros.

Y es que al enojo de los periodistas, hay que agregar la guerra que se traen quienes manejan la comunicación del gobernador.

Marcelo García Almaguer, lejano al tema Puebla, aunque siguen sus intereses, y exiliado en el PAN de Gustavo Madero se la traía guardada a Fernando Crisanto, quien tampoco andaba a gusto por la llegada del tal Alcudia, ¿alguien sabe su nombre?

Curioso es que las plumas de Marcelo dejaron de escribir y con ello generaron vacíos a las estrategias de Crisanto. De Alcudia ni qué decir si para él sólo el Mundial Brasil 2014 era su prioridad para brindar.

Lo que sí es una chingadera para el inquilino de Casa Puebla es que todos sus “aliados” jugaron en función de sus intereses, pero jamás voltearon a operar a favor de la investidura del gobernador, a quien dejaron solo.

Tanto dinero público echado a la basura con dueños y periodistas poblanos. Que devuelvan las entradas y tantas concesiones y prebendas.

Los medios nacionales electrónicos también jugaron a callar, pero viven su propio descrédito.

Rafael Moreno Valle hoy está en el laberinto de la soledad.

Tuvo que citar a todos, dictar línea y anotar a quienes faltaron, para ordenar como política pública su exoneración mediática.

El Tripack resultó más costoso de lo que se esperaba.

alportador

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