23-11-2024 01:35:02 AM

Moreno Valle no va a caer

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Un niño con muerte cerebral, decenas de policías heridos, un puñado de campesinos despedazados, algunos ciudadanos indignados, contados periodistas honestos y una legisladora que denuncia no son suficientes: Moreno Valle no va a caer. Ni ahora, ni después.

rafagober01¿Por qué? Porque la clase política local está castrada. Ningún secretario del gobierno estatal tiene la dignidad de la denuncia –y mucho menos de la renuncia– ante los excesos del gobernador. Esa dignidad fue la que llevó a Octavio Paz a renunciar como embajador de México en la India ante la matanza de 1968, y fue la misma que produjo la separación voluntaria de Carlos Fuentes del servicio diplomático en 1977 –mientras fungía como embajador de México en Francia– cuando José López Portillo nombró a Gustavo Díaz Ordaz como embajador en España. No lo hicieron por ser grandes escritores: lo hicieron porque eran seres humanos ordinarios con un sentido de lo que es moral, de lo que es el deber y de lo que es la dignidad, las tres, características básicas con las que cuenta cualquiera que no tenga la brújula ética tan torcida como el gobernador, sus secretarios, legisladores, corifeos y sicofantes a sueldo. Son estos todos limosneros que recogen lo que les avienta el patrón –y es que avienta mucho a veces–y por eso, se humillan con gusto esperando que el otro aviente más.

(¿O es que de verdad alguien en Puebla cree que los secretarios de despacho importan? Todo el mundo sabe que el gobernador hace y deshace. Los secretarios están ahí no por su conocimiento técnico de las materias de las que se encargan sino porque alguien tiene que ocupar el despacho, nada más: todos sin excepción podrían ser sustituidos por actrices, modelos de catálogo, modelos de videos, ex miembros de grupos musicales juveniles o cualquier otro artista y el Estado andaría del mismo modo que anda hoy en día: el gobernador lo decide todo, nadie más hace nada. Punto.

Y esto no es un misterio para nadie. Lo saben los unos y los otros a pesar de la corrección política a la que obligan los contratos publicitarios de TV Azteca, Televisa, Grupo Sexenio y Síntesis entre otros tantos que han sido incapaces de mostrar a sus audiencias la evidencia que respalda la versión oficial de que fueron los pobladores los responsables de la violencia y no las fuerzas del Estado. No ven, no oyen y tampoco les importa.)

Por esto es que no hay que caer en el juego del Estado de perderse entre las ramas dejando que la responsabilidad se resbale desde arriba hacia abajo; del gobernador a los secretarios, a los subsecretarios a los directores, trasladando la culpa de la violencia de sujetos concretos –uno en particular– a funcionarios cada vez menores.

En breve: se trata del juego en el que la responsabilidad se diluye y distribuye hasta que se la lleva la chingada.

Ya lo están haciendo. El gobierno del Estado ha puesto en práctica un recurso que no por gastado deja de funcionar: culpar a las víctimas. Ocurre que no sólo los pobladores son los responsables por atacar con piedras de “gran calibre” a los policías –según la versión oficial– sino que los policías –sí, esos que también resultaron heridos– son culpables al no seguir los protocolos de intervención correspondientes. Si se circunscribe la discusión y el análisis del conflicto a estas coordenadas, estamos hechos: no importa si los pueblerinos atacaron a los uniformados o si fue a la inversa en cualquier caso –los unos por rijosos y los otros por incompetentes– el gobierno –léase el Gobernador– sale limpio. Facilito.

Por eso Moreno Valle no va a caer. Ni ahora ni, después.

El gobierno –léase el Gobernador una vez más– se impone a los débiles, reprime a los recalcitrantes, amedrenta a los que denuncian, miente a los que preguntan, ignora a los que insisten y cuando ya no puede, difama acusando a las víctimas de su tragedia. ¿Y por qué lo hace? Porque lo puede hacer, después de todo, no le faltan aplaudidores cuya visión chic del mundo (¡lástima que el niño José Luis Alberto Tehuatlie Tamayo no vaya a poder ver a Patch Adams! –de visita en Puebla con apoyo del gobierno estatal) les hace creer que el de Rafael Moreno Valle es un buen gobierno porque mantiene a los indios (no indígenas, indios), a los pobres, a los migrantes, a los críticos y a todos los demás que Franz Fanon llamó los condenados de la tierra lejos, allá, donde no se vean sus miserias, donde no se huelan sus carencias ni se escuchen sus desgracias. Son esos que una y otra vez, en pleno siglo XXI articulan su estupidez diciendo “Que dejen de protestar y se pongan a trabajar”, sin saber que desde el siglo XIX José Martí les dio respuesta: “Si no tienes el valor de luchar, al menos ten la decencia de respetar a quienes sí lo hacen.”

En 2006 bandas armadas apoyadas por el gobierno de Ulises Ruiz se paseaban por la capital de Oaxaca. Frente a ellas, la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) en particular y la Asamblea Popular de Pueblos de Oaxaca (APPO) en general –y con ellos un buen segmento de la población– oponiendo resistencia. Las primeras se movían con libertad y con esa libertad mataban también a los integrantes de la oposición. Hubo muertos sí, hubo heridos también y desterrados –uno de estos últimos, el propio gobierno del Estado– pero Ulises Ruiz a sangre y fuego –literalmente- se mantuvo en el poder.

Nada de esto hay ni se adivina en Puebla. Por eso Moreno Valle no va a caer. Ni ahora ni, después.

Además, todavía le quedan cartas por jugar. ¿Qué la Procuraduría General de la República va “a atraer la investigaciones” para “deslindar responsabilidades” sobre los sucesos de Chalchihuapan? No importa, para eso está el diletantismo burocrático, y si no es suficiente, para eso está el soborno. Después de todo, si algo le sobra a Puebla –según el PNUD, el INEGI, y la propaganda oficial– son pobres, corrupción y dinero.

¿Y eso es todo? No, también hay unos cuantos cuerpos despedazados, pero nada más.

* * *

¿Qué pasaría si en Puebla bloquearan justo ahora tres o cuatro carreteras simultáneamente? Buena pregunta. Mientras pasa, Moreno Valle no va a caer. Sólo con atención de la prensa nacional, acompañando a la tan escasa cuan gallarda prensa crítica local, se le puede parar la mano.

En tanto, un lugar espera –junto a Peña por Atenco, a Figueroa por Aguas Blancas y  Ruiz Ferro por Acteal– en el basurero de la historia.

Fuente: www.gatopardo.com

*Es profesor (en la Maestría en Estudios de Paz de la Universidad de Basilea -Suiza-, en el Postgrado en Negociación de la Universidad de Buenos Aires -Argentina- y en el Poder Judicial en México). Es analista (por siete años se desempeñó como consultor del cuerpo diplomático acreditado en México; realizó más de cien análisis sobre una variopinta miscelánea de temas -desde política exterior de Estados Unidos, pasando por América Latina hasta las guerras de Afganistán, Irak y las crisis en la región de Asia Central entre otros). Es mediador (¿un orgullo? formar parte, por invitación de Johan Galtung, de Transcend -www.transcend.org- como especialista en procesos de mediación y resolución de conflictos). Enamorado de los libros, ha editado casi una treintena (en estudios internacionales y estudios de paz), ha traducido una decena (obras de Johan Galtung del inglés al español), ha coordinado tres obras (con los doctores Heinz Dieterich, Zidane Zeraoui y Ana Teresa Gutiérrez del Cid) y escrito un par (artículos de opinión uno, ensayos el otro). ¿Otro orgullo? su participación en la redacción de The Oxford International Encyclopedia of Peace (Oxford University Press, 2010) con las entradas “Peace Movements: Latin America” y “North-South Conflict”. En fin, profesor, analista, mediador, traductor, periodista y escritor. 

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