El proyecto de la certificación fue vendido muy bien por el entonces tesorero, Alfonso Esparza, a su rector y cómplice, Enrique Agüera, para garantizar “finanzas sanas” en medio de las múltiples acusaciones de malos manejos con dinero universitario.
Pero como nada puede mantenerse oculto hasta que una de las partes traiciona, hay evidencias que muestran que las calificadoras emitieron sus recomendaciones financieras con la BUAP con información falsa.
Sí, con las finanzas universitarias en números rojos.
“La BUAP es referente internacional en el manejo transparente de sus recursos”, aseguró S&P en el 2012, año que con dinero de la BUAP fueron hasta Nueva York Agüera y Esparza, acompañados de una amplia comitiva, para recibir en forma simbólica la calificación por cuarto año consecutivo.
Las finanzas universitarias son sanas, fue la conclusión de la calificadora, cuya validación permitió a la BUAP reforzar su posición financiera con las evaluaciones de Moody´s y Fitch.
¿Cuánto ha pagado Alfonso Esparza a las calificadoras por encubrirlo, primero como tesorero y después como rector?
Y es que precisamente en el año 2012 cuando se recibió el cuarto reconocimiento por el presunto manejo implacable de las finanzas universitarias, una auditoría independiente, contratada por el sucesor del “Tío Poncho” en la Tesorería: Óscar Gilbón, mostró números rojos.
De acuerdo con el despacho Resa y Asociados S.C., los flujos de efectivo consolidados entre 2011 y 2012 estaban con saldo negativo.
Resa y Asociados es un despacho de contadores públicos certificados con operaciones en Ciudad Juárez, Guadalajara, Hermosillo, León, Los Mochis, Ciudad de México, Monterrey, Morelia y Tijuana.
Los estados financieros consolidados del 2011 y 2012 con informe de auditores independientes fueron respaldados por el entonces rector Enrique Agüera y su tesorero, Óscar Gilbón.
¿Cómo es posible que las calificadoras validaran como sanas las finanzas de la BUAP que estaban en números rojos?
¿Se compran las certificaciones?
En 2011, el gasto de funcionamiento de la BUAP se encontraba en saldo negativo con 2 mil 180 millones de pesos, pero para el 2012 el déficit aumentó hasta 2 mil 342 millones.
Los flujos netos de efectivo por actividades de inversión y de fondos de financiamiento igual andaban por la calle de la amargura. En 2011 el saldo negativo era por 207 millones de pesos, pero para el 2012 la cantidad se disparó a 624.8 millones de pesos.
¿Cómo carajo certificaron esto como finanzas sanas en Nueva York?
Todavía peor que entre 2011 y 2012 el endeudamiento neto de la BUAP se triplicó de 120 millones a 320 millones; otros pasivos subieron de 122.7 millones a 369 millones de pesos; y se detectó una notable disminución de los activos financieros de la institución.
Lo peor es que el servicio de la deuda universitaria pasó de los 43.1 millones de pesos anuales en 2011 a 169.5 millones de pesos en 2012.
Así, los números rojos que aparecen en la auditoría independiente de Resa y Asociados fueron ocultados en la calificación de finanzas sanas de Standard & Poors, Moodys y Fitch del 2012.
Calificaciones a modo.
Qué puto descaro.