El control de la venta de “stands” y la designación discrecional de las empresas que se encargan de los espectáculos y servicios más rentables, produce también atractivos dividendos a quienes son considerados los “dueños” del evento.
Oficialmente, la convocatoria para la venta de los espacios se dio a conocer, según el propio secretario Trauwitz, el pasado 21 de marzo.
Lo extraño del caso es que, 24 horas después, según la administración del Centro Expositor, ya se habían agotado absolutamente todos los lugares.
Sin embargo, si bien los espacios no podían ser adquiridos directamente con la instancia encargada de la organización de la feria, al mismo tiempo eran ofertados por intermediarios que obtuvieron atractivos ingresos por la venta de stands con sobreprecios.
Y es que, las condiciones de venta y la cantidad real de dinero que los expositores pagaron son un auténtico misterio.
¿Se atreverán a transparentarlo?
¿Aguantarán que se cotejen los números reales con los recibos hechizos que les dieron a quienes compraron con estos vulgares revendedores?
Sería sano conocer, además de los montos, las fechas en las que se hicieron las ventas.
El pago de comisiones para garantizar los mejores espacios o la exclusividad para vender un producto o presentar alguno de los espectáculos más atractivos de la Feria es una práctica común desde que el evento existe.
En esta administración, también goza de cabal salud.
La entrega de dinero “por fuera” o bien la aparición de empresas fantasma cuyos propietarios son prestanombres de políticos son comunes en el palenque, juegos mecánicos, plaza de toros, rodeo americano, la contratación de artistas para el teatro del pueblo, teatro infantil, Gotcha , Karts, pista de hielo, acuerdos con marcas patrocinadoras y, sobre todo, lo más rentable, la instalación de Bares.
Por si fuera poco, a través de asignaciones directas, sin licitación de por medio, se otorgan contratos a empresas que se dedican a prestar servicios a la Feria, como: mantenimiento, renta de baños, seguridad privada y renta de equipos como audio, gradas, sillas, carpas, lonas y un larguísimo etc.
Ahora entiende el estancamiento que durante años ha tenido un evento sin planeación, con nula proyección, sin expectativas de crecimiento, pero que en los hechos es, ha sido y será una auténtica mina de oro para los vivales en turno.
Pero ya lo dijo el nuevo clásico: ¿qué más podemos hacer?
