Este 31 de marzo se celebra el centenario del nacimiento del poeta, ensayista y diplomático mexicano Octavio Paz, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1990 y una referencia obligada en el estudio de las letras mexicanas e hispanoamericanas.
Al respecto, Alejandro Palma Castro, director de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la BUAP, habló sobre la importancia de la labor del escritor y profundizó en obras de su autoría que, a pesar de su originalidad, no han sido debidamente reconocidas como los Discos Visuales y Topoemas.
Paz, señaló, vivió en el siglo XX, un periodo en el que la literatura definió la nueva cultura en México tras la Revolución. Gracias a ello tuvo la oportunidad de consolidar dicha visión a través de escritos como Águila o Sol, un poemario que condensa muchas de las ideas vanguardistas y de pos vanguardismo de la época.
Por otro lado, el escritor fue pionero en plasmar la mexicanidad y su trascendencia en otros países a través de su prosa, en especial con el ensayo El laberinto de la soledad, gracias al cual fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1990.
En Hispanoamérica, explicó Palma Castro, Octavio Paz es de los primeros autores que señala la importancia del modernismo como forma de emancipación de los países hispanoamericanos y una expresión propia para asimilar la modernización por la que estaban pasando.
El escritor sobresale por “buscar otras formas expresivas para transmitir contenidos a los que no les basta el formato del verso y el papel”, por ejemplo la poesía experimental de los Topoemas, escritos no discursivos que guardan una estrecha relación con la poesía visual de México al jugar con tamaños y figuras, y los Discos Visuales, cartones circulares que a medida que giran exponen versos para formar un poema.
Finalmente Palma Castro manifestó que el aniversario del nacimiento de Paz es una excelente oportunidad para reconocer su imaginación y recuperar la poesía experimental, rechazada en su tiempo por los círculos más puristas de la literatura.