El ejercicio de gobierno le ha servido en los hechos al mandatario poblano como un filtro que ha limpiado su burbuja, un involuntario pero muy sano ejercicio que pudiera darle buenos dividendos en la segunda mitad de su sexenio y continuar con su proyecto político personal si otra vez los astros se le alinean.
La burbuja compacta, la que resistió contra viento y marea aún en los momentos más difíciles se fracturó irremediablemente cuando se alcanzó el tan anhelado objetivo de convertirse en el grupo político dominante en el estado.
Víctimas de sus propios apetitos, de la inevitable autocomplacencia y de las pueriles y estériles luchas por ver quién se coloca mejor en el afecto del tlatoani, buena parte de la tropa morenovallista mostró su verdadero tamaño y entonces se volvió evidente que no daban para generales.
De esta manera, una vez concretado el objetivo de convertir a Tony Gali en alcalde de la capital y desde esta posición fortalecer al grupo, en los hechos son 4 los personajes que se han convertido en los auténticos pilares del gobernador.
Son, para que me entienda, los imprescindibles.
Más allá de que usted esté de acuerdo o no con las formas, los estilos, personalidades y capacidades, en los hechos son quienes hoy se han convertido en los operadores más importantes para Rafael Moreno Valle.
José Cabalán Macari es el incondicional, el amigo de toda la vida y el que posee la confianza absoluta del mandatario. Siempre institucional y disciplinado le entra sin chistar a los distintos toros que le avientan. Nunca se brincará las trancas ni pondrá en riesgo los intereses del gobernador por saciar apetitos personales.
Hoy tiene la responsabilidad de operar el programa de obra pública en la segunda mitad del sexenio, una de las cartas de presentación de RMV para su incursión en las grandes ligas de la política nacional.
Eukid Castañón Herrera es el operador político por experiencia. Quien mueve los hilos finos de la interlocución con distintos grupos, políticos y sociales. Es quien da resultados concretos y a quien le encargan tareas prioritarias, a veces titánicas y que no siempre tienen que ver directamente con su supuesto ámbito de competencia.
Hoy tiene la responsabilidad de mantener la casa limpia y evitar cualquier cuestionamiento o duda de la honestidad de los servidores públicos estatales.
Luis Maldonado Venegas es el hombre de las relaciones con lo más granado de la política nacional. Es el interlocutor con el gobierno federal y con actores que potencialmente pueden ser valiosos para el proyecto transexenal del gobernador.
Su magnífica interlocución con la izquierda mexicana y sus principales figuras ayudan a ampliar la baraja de probables apoyos para la presidencial.
Roberto Moya Clemente es el férreo dictador de las finanzas estatales. El hombre de la disciplina dura y el encargado de la ingrata tarea de meter en cintura a quienes ejercen el gasto público. Se trata del amigo de la infancia que, sin ser parte formal de la burbuja, tiene la absoluta confianza del gobernador. Detesta los reflectores y la presencia mediática y se centra única y exclusivamente en los resultados. Será parte fundamental en el buen cierre de la administración y tiene un lugar asegurado en el manejo de los recursos para lo que sigue.
Pues ya lo ve, al margen de posturas, filigranas y mamonerías, estos cuatro personajes son quienes realmente forman el núcleo compacto de la burbuja morenovallista y de su chamba dependerá mucho el futuro político de Rafael Moreno Valle.
Le duela a quien le duela
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