Con base en un estudio sobre estilos de crianza y participación infantil realizado por la asociación civil Ririki Intervención Social, la diputada federal Verónica Juárez Piña, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), informó que en la mitad de los 28.15 millones de hogares que hay en México los niños y las niñas viven violencia física.
Durante la presentación del libro “Detrás de la Puerta… que estoy educando. Violencia hacia niños y niñas en el ámbito familiar en México” realizada en la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), la legisladora externó que el uso y el castigo físico y psicológico dentro de la familia está justificado socialmente. “Se considera a las niñas y los niños no como personas con derechos propios sino como personas menores e incapaces de hacer efectivo su derecho a plenitud”.
El estudio es parte del resultado que el Instituto Promundo de Brasil realizó sobre estilos de crianza en seis países latinos, Jamaica, Perú, Nicaragua, Venezuela, Brasil y México.
En el caso de México los resultados se lograron gracias a Ririki Intervención Social después de levantar información en tres ámbitos: rural, popular y urbano, y clase media, por grupos focales a través de entrevistas a padres y madres con hijos de de hasta 12 años de edad; y talleres de consulta a niños y niñas de entre 7 y 12 años a través de cuestionarios, explicó Juárez Piña.
Por otra parte este estudio muestra que de los países que pertenecen a la Organización de los Estados Americanos, solo Venezuela, Uruguay y Costa Rica y 23 Estados en el mundo prohíben el castigo corporal hacia los niños.
Las niñas y los niños reafirman que los reiterados actos de violencia manifiestan para ellos tristeza; la mayoría de los actos violentos son llevados a cabo por personas que ellos conocen, y éstos se manifiesta de distintas formas: violencia física, sexual, psicológica, insultos, humillaciones, discriminación, abandono y malos tratos, detalló la diputada del PRD.
“Las peores atrocidades en contra de la infancia se cometen en la familia, muchas veces en nombre del amor, la compasión o una buena intención de educar; pero en el fondo muestra una profunda carencia de recursos por parte del adulto para acompañar la formación de las niñas y los niños”, aseveró Mónica González Contró, consejera honoraria de la CDHDF.
A su vez, Luis González Placencia, presidente de la CDHDF expresó en el marco del Foro: Niñas, niños y adolescentes en el contexto de violencia familiar y exclusión social, que los modelos vistos a través de los medios de comunicación han sido mecanismos mucho más eficaces que han servido para reproducir roles y mecanismos “que querámoslo o no, aceptémoslo o no van marcando pautas de comportamiento. Antes de que una mamá se siente a leer un libro se va a sentar a ver una telenovela, y ver como una mamá le da unos gritos al hijo”.
Al respecto, la diputada Juárez Piña señaló que la violencia hacia niños y niñas es un problema cultural que se debe atacar a diario desde los hogares, “es necesario que el Estado se reconozca como el primer titular de deberes, encargado de garantizar los derechos de las niñas y los niños, y establecer una Relación triangular entre el niño, padre y estado; y es urgente una Reforma legislativa Integral destinada a prohibir el castigo corporal y toda forma de violencia contra las niñas y niños en el ámbito familiar”.
Por último, Placencia preguntó “¿cómo instaurar una cultura de respeto a los derechos? En el ámbito de lo público es una obligación del Estado, pero en la familia ¿a quién tenemos que convencer para generar mecanismos que vayan modificando estas actitudes y eliminen esta suerte de miedo a perder el control de la disciplina y el control de nuestros hijos?
