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¿Cuántas hectáreas de azoteas verdes se desarrollarán?

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Existe un grave deterioro ambiental en México con el creciente oleaje que está abandonando las zonas rurales para desplazarse a las zonas urbanas.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en 60 años se invirtió el porcentaje de personas que viven en zonas rurales y urbanas, es decir, en 1950 la población rural era de 57.4% y en el 2010 pasó a 22.2%; por otra parte en cuanto a la urbana en 1950 era de 42.6% y en el 2010 alcanzó el 77.8%.

De lo anterior se desprende que tres cuartas partes de los mexicanos comparten problemáticas que repercuten en los índices de felicidad poblacional, como son: la inseguridad, la falta de espacios públicos, la reducción progresiva de áreas verdes, la escasez de agua, la insuficiente dotación de servicios, los cinturones de miseria en torno a las grandes urbes, etc.

ecos03Además de la fenomenología anterior, han surgido otros problemas menos visibles como consecuencia de que en las ciudades de nuestro país se le ha apostado a la construcción con hierro y concreto, que en conjunto originan el efecto “isla de calor”, entendido éste como la elevación de temperatura en las urbes por el uso de aquéllos materiales, es decir, se trata de un efecto invernadero local que está vinculado a una mayor demanda energética, en otras palabras, un círculo vicioso contaminante; por ejemplo,  de acuerdo con el Consejo Mexicano de Edificación Sustentable (Álvarez, 2009) “los edificios representan el 65% del consumo total de energía, emiten el 30% de gases de efecto invernadero y consumen el 35% del agua”.

Las edificaciones en nuestro país se han devorado las zonas verdes, por ello la generación de espacios naturados son opción para contribuir con la conservación de nuestro planeta. Las azoteas verdes son una alternativa importante para revertir los efectos nocivos de la gran mole de concreto.

Los techos verdes, azoteas verdes o cubiertas ajardinadas son las superficies superiores de las edificaciones que se adaptan total o parcialmente para sembrar arbustos, plantas u hortalizas. En México algunos especialistas recomiendan usar el término “superficie naturada”, para resaltar que la naturaleza puede adoptar diversas cromáticas dependiendo de la temporada del año, y para diferenciarse de algunas prácticas que sólo pintan, literalmente,  de color verde el concreto de sus techumbres.

En los últimos años principalmente en el Distrito Federal se han impulsado fuertemente las azoteas en edificios públicos y privados, por ejemplo aquella entidad cuenta con la primera norma técnica en Latinoamérica para la instalación de azoteas verdes, y se ha establecido, según la Asociación Mexicana para la Naturación de Azoteas (AMENA) el primer jardín botánico de azotea.La especialista Tanya Muller, fundadora de AMENA, (CNN México, 2010) señala que en la ciudad de México se han desarrollado más de 20,000 m² de azoteas verdes, lo cual es alentador, pero insignificante frente a las 6 u 8 millones de hectáreas que se generan anualmente en Alemania.

Además del Distrito Federal en muy pocas ciudades mexicanas como: Monterrey, Guadalajara, y Toluca se han montado algunas azoteas verdes, pero ¿Qué pasa con el resto del país? ¿Por qué no se han construido  azoteas verdes en la medida en que progresan las manchas urbanas?

Por el momento en nuestro país puede resultar costoso montar azoteas verdes, pero existen experiencias exitosas de las cuales podemos aprender como la cubana, que no obstante el bloqueo y la situación financiera global, aprovecharon los cultivos de azotea para que los habitantes de las ciudades generen sus propios alimentos.

A la búsqueda y difusión de tecnologías a bajo costo debe añadirse la incorporación de políticas públicas ambientales que incorporen entre sus acciones la conversión de techumbres de los edificios públicos a azoteas verdes, la realización de concursos y premiación de las mejores azoteas verdes de las ciudades, expedición de becas y apoyos financieros a estudiantes e instituciones que desarrollen tecnología para la conversión de espacios de concreto en áreas verdes, la reforma de los reglamentos de construcción para la incorporación de azoteas y muros verdes.

En fin, los ciudadanos debemos asumir comportamientos responsables e incorporar tecnologías ambientales en nuestras viviendas,  los Gobiernos deben desarrollar urgentemente políticas públicas ambientales en las cuales incorporen las azoteas verdes y otras tecnologías ecológicas; y los candidatos a los gobiernos municipales deben comprometerse por escrito y puntualmente con indicadores y metas referentes a asuntos ambientales, debiendo señalar  cuántas hectáreas de azoteas verdes se comprometen a desarrollar como una vía para mitigar el daño ecológico y contribuir a la salud de sus conciudadanos.

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