-Salta, pulga– y la pulga saltó un metro.
Le quitó una pata y le dijo lo mismo, entonces saltó medio metro, y así le fue quitando todas las patas hasta que no tenía patas y lo anotó en su libreta.
Cuando ya no tenía patas le dijo que saltara y no saltó entonces anotó: “pulga sin patas sorda”.