Actualmente en México se continúa practicando el insano deporte de elaborar teorías y estructurar soluciones para todos los problemas nuestro país (y hasta para los del mundo entero) en la sobremesa, en los cafés, en los bares y hasta en los gimnasios, con una enjundia que sería la envidia de muchos deportistas de alto rendimiento, empero, al levantarse, todo se queda en la mesa junto con las migajas del pan, en el asiento de la taza de café, en el desagüe de los baños y el las gotas de sudor que cayeron al piso.
El “síndrome de zopilotes estreñidos” (planear y planear sin obrar) está tan arraigado en nuestra cultura cívica, como un mal pensamiento en la mente de un sacerdote.
¡Es que estamos rodeados de pura mierda! Vocifera nuestro convidado a la mesa en cuanto la política se asoma a la conversación. Y le hacemos saber que ese no es el punto a discutir, que lo importante no es andar pregonando con aires de indignación lo que para todos es obvio, lo útil y necesario es ver qué podemos hacer para cambiar nuestra realidad y, lo más substancial, hacerlo.
Nadie puede negar, por muy cómoda que sea su situación, que nuestro país está inmerso en un descontento social generalizado, acicateado por mil factores que han surgido a consecuencia de años (muchos) de una pésima elección sobre los derroteros que, como nación, debemos de transitar.
Hoy en día, al estar rodeados de tanta mierda tenemos varias opciones:
- Mentarle la madre ininterrumpidamente a todos los que nos han hecho el favor de esparcirla a nuestro alrededor.
- Acostumbrarnos al fétido olor y hacer como que nada pasa.
- Esperar a que esta nos llega a la boca y entonces ver cómo nos movernos.
- Aprender a caminar sobre ella sin resbalarnos
- O aprovecharla como abono para darle vida a una conciencia ciudadana que incite a la participación y generar así los cambios que necesitamos ya, ¡desde ahorita!
- Tenemos que entrar de lleno a un proceso de transformación social, si, abonado con todo lo malo que está sucediendo, pero sembrando esperanza, trabajo y compromiso, para poder cosechar democracia, justicia y tranquilidad social.
Estar rodeados de esta apestosa inmundicia puede ser ventajoso, si la ocupamos como un detonante de la participación ciudadana organizada, que tanta falta nos hace.
José María Pumarino: Escritor, caricaturistas y empresario. Ceo/Senior Partner de Bushido.mx