– ¡Cuidado, cuidado!, ¡Ponle un poco mas de aceite, por Dios!, ¡Estás cocinando demasiados al mismo tiempo!, ¡Demasiados!, ¡Dales la vuelta!, ¡Dales la vuelta ahora!, ¡Necesitamos más aceite, por Dios!, ¿Dónde vamos a conseguir más aceite?!, ¡Se van a pegar!, ¡Cuidado, cuidado, dije cuidado!, ¡Nunca me haces caso cuando cocinas, nunca!, ¡Cuidado, dales la vuelta!, ¡Rápido!, ¡Estás loca!, ¿Perdiste la cabeza?, ¡No te olvides de echarles sal!, ¡Sabes que siempre te olvidas de la sal, usa la sal, usa la maldita sal!
La mujer lo mira con asombro:
– ¿Qué te pasa? ¿Crees que no puedo freír un par de huevos?-
El marido sonríe y contesta calmadamente:
– Solo quería mostrarte lo que se siente cuando voy conduciendo contigo en el auto.