No se olvide que el priista, antes que nada, busca desesperadamente legitimación después de la compra de conciencias y el desaseo general que caracterizaron su triunfo electoral.
Por eso manda señales de supuesto alejamiento con “la maestra” y las televisoras, ambos fundamentales en la victoria del priista.
Si realmente se busca poner de rodillas a la otrora mujer más poderosa de México, Peña tendrá que hacer mucho más que nombrar un titular de la SEP incómodo, anunciar la puesta en marcha de un programa de carrera magisterial y la realización de un censo educativo que pretenda dar a conocer sin ambigüedades el número real de maestros en activo que existen en México.
La oportunidad la tenían los priistas en la votación a la iniciativa de reforma de Ley Laboral, en el apartado referente a la transparencia sindical.
De haber querido llegar a fondo en el tema, hubieran dado su visto bueno a los mecanismos propuestos para lograr la efectiva fiscalización de las finanzas sindicales y a la aprobación de mecanismos internos que garantizaran la elección democrática de líderes como Elba Esther, perpetuados en el cargo.
Ojalá todo esto no sea una simulación y se logre terminar con uno de los cacicazgos que más daño le ha hecho al país.
Lo dudo, lo más probable es que los acuerdos al más alto nivel entre Peña y Elba Esther continúen y las medidas anunciadas sirvan en los hechos sólo para lavarle la cara al presidente.
Sobre lo incómoda que estaba resultando en campaña la cercanía de Gordillo con Peña, publiqué una columna que por la pertinencia del tema considero que vale la pena recordar:
“Elba Esther, más incómoda que nunca
“Las cada vez más evidentes ligas entre Enrique Peña Nieto y Elba Esther Gordillo Morales empiezan a jugar en contra del priista en un momento clave de la campaña presidencial.
Lo que al principio de la contienda era considerado como una fortaleza electoral, hoy es una pesada losa que tiene que arrastrar el candidato, cuando las encuestas muestran una preocupante tendencia a la baja en términos de intención de voto.
Sí, el enorme y cada vez más contundente desprestigio social de la mal llamada “maestra”, vino a romper el mito de que la supuesta mujer más poderosa de México es clave para que sus aliados ganen elecciones.
No ha sido así en este 2012.
La operación electoral de los maestros se ha centrado principalmente en mantener el nivel de votación mínimo que le exige la ley al PANAL para mantener su registro como partido político y han dejado a un lado las acciones de movilización a favor de la candidatura de Peña Nieto.
En el búnker priista resulta cada vez más incómoda la inevitable asociación mental que hacen los electores potenciales de las figuras de Gordillo y Peña, lo que ha tenido como consecuencia el nulo convencimiento de los indecisos, vitales para definir una elección como la del 1 de julio.
Ejemplo claro de lo anterior es el abierto rechazo por parte de movimientos de jóvenes a la oferta electoral de Peña Nieto y a lo que políticamente representa.
La figura de Elba Esther, sin duda, ha servido para radicalizar esa postura concreta de un grupo social con un peso específico real en el padrón electoral nacional.
Al ver este escenario, hace poco más de tres semanas, un emisario de toda la confianza de Peña le propuso personalmente a la maestra que tuviera un bajísimo perfil en los días previos a la elección, para no afectar aún más al priista.
Que ni de chiste hiciera declaraciones a favor de su proyecto político y mucho menos que se fuera a aparecer en alguno de sus actos de campaña.
Este emisario le recordó a Elba Esther los enormes beneficios que tendría su sindicato en caso de ganar el PRI la presidencia y le planteó el escenario contrario, el del potencial triunfo de alguno de sus enemigos: López Obrador o Josefina Vázquez Mota.
En ese momento, el fantasma de Joaquín Hernández Galicia, “La Quina”, se hizo presente.
Al parecer, Gordillo tomó en cuenta la “recomendación” del equipo de Peña y prácticamente no se ha dejado ver en esta elección.
Después de su incendiario discurso con motivo del Día del Maestro, en donde delante del presidente Calderón arremetió con todo en contra de la candidata del PAN, Elba Esther ha sido un elemento virtual de golpeteo muy rentable en esta contienda.
Está presente en el discurso, en la realización de spots y hasta en los debates entre presidenciables, pero físicamente, ella vive un parcial autoexilio dorado en aquella faraónica mansión de San Diego, comprada claro con su humilde salario de maestra.
¿Le suma o le resta a Peña?
Puede ser el inicio del otoño del cacicazgo.
Ojalá”.
latempestad@statuspuebla.com.mx
Twitter: @ValeVarillas
