22-11-2024 07:47:05 PM

Pablito y sus aventuras de aprendiz de funcionario

Había una vez en las inmediaciones del Reino de su Eminencia Gris, un obscuro y aun más gris achichincle de ese reino, pero que en sus sueños guajiros, el también se esforzaba por tratar de ser en su momento el rey en turno, sin embargo, poco o nada podía hacer, pues sus recursos de habilidad e inteligencia simple y sencillamente no le daban para eso, y su lealtad, pues menos, toda vez que ya en otras ocasiones obedeciendo a extraños intereses dejaba de ser fiel a los colores que le albergaban y como fiel admirador de Salinas Pierce, tenia fascinación por la plata, solo que este raro ejemplar cambiaba sus opiniones por treinta monedas del mismo material, bueno metafóricamente hablando pues no me consta de primera mano, (¿30 monedas, 30 monedas, donde escuche esto?)

Y no era porque no quisiera, no para nada, pues se esforzaba en sus ejercicios matutinos modernos, sacados de las mejores técnicas de los reptiles para poderse deslizar por el suelo a fin de congraciarse con su amo y señor (aunque no fuera invitado a la fiesta), defendiéndole a capa y espada (al menos en forma y no en fondo) para que su amo y señor lo apoyara con su bendición de algún día llegar a ser el mandamás.

Lo malo, es que este aprendiz de funcionario, perdón de noble servidor, no sabía lo que era trabajo ni servicio y solo se la pasaba supuestamente negociando apoyos que en su momento le servirían para sus también grises propósitos, prueba de ello era que en el reino había unos comerciantes que el desdeñaba, no atendía y se les denominaba ambulantes y que cuando a las puertas de su castillo lo detuvieron para hablar con él, pues con una cara de pánico que nunca olvidar podrá, se subió de nuevo a su carruaje y diciendo que tenía otros compromisos más importantes salió huyendo de ahí, pensando por supuesto que lo iban a agredir, cuando los ciudadanos solo querían con el hablar, triste escenario pues es su momento su antecesor en esas oficinas había dialogado con los mismos ciudadanos y estos si bien discutieron nunca agredieron, pero que caray el miedo, es el miedo.

¿Triste no?, pues el personaje de la historia se dice especialista en todo, hasta en seguridad pública y otras lides que no me creerían si se las cuento.

El problema, es que actualmente solapa las arbitrariedades de su personal, su tocayo, tristemente celebre igual que el que con eso de que piensa de que su patrón llegara a ser Rey y que ya cuenta con el apoyo del aspirante a la nobleza pues ha iniciado con sus excesos hacia la comunidad y solo se ha ganado la animadversión de las personas y desacreditar a los cuerpos de Seguridad Pública de donde aparentemente salió a ser protegido del Pablito.

Luego de eso, tubo declaraciones y una especie de enfermedad que le impedía dejar de hablar, y prometer y prometer para luego desdecirse de sus ineficientes formas de hacer las cosas, hasta que su majestad, (pienso yo) le ha de ver impuesto un silencio pues era peligroso que abriera la boca, ya que cuando había la oportunidad que el aspirante a Pablito I, hablara, se acordaba de sus épocas en que había sido regidor (y aquí es cuando la regaba) ¿al servicio de su partido? ¡no¡ al servicio del partido de enfrente que siempre le festejaba cumpleaños y fiestas de guardar, hasta recibía curiosamente veloces corceles en eventos ya preparados para que el saliera vencedor. (También es en metáfora)

En esos tiempos, pues a él le gustaba criticar sin fundamentos y al son que le tocaba su amo y señor y que nada tenía que ver con sus correligionarios ideológicos pero ahora, pues al señor no le gusta que lo cuestionen y simple y sencillamente pierde los estribos y se pone como loco si alguien lo hace, se ríe de nervios e impotencia y se consigue sendos protectores que lo defiendan frente a ciudadanos que no tienen la menor forma de defenderse como él lo hace gastando los recursos del reino, grita, patalea y amenaza tras bambalinas.

Intentaba saber de todo, de seguridad y hasta consiguieron personas de otros reinos iguales de faltos de conocimientos que él y su pandilla y se le olvidaba que el Pueblo observaba, y en lo que él hacía, pues el Pueblo se fijaba, pero a él la farándula, la fiesta y los extraños corceles que le encantaban era lo que verdaderamente le importaba.

Eso sí, él no ceja en su esfuerzo de ser el próximo Reyecito, sabiendo que no tiene ni el conocimiento, ni el interés, ni las tablas, ni la lealtad a otra cosa que no fueran sus intereses personales y no los del pueblo, pero como el mismo lo gritaba; pues tenía los suficientes amigos y personajes incrustados en la comunidad para que le defendieran, pues él solo no sabe cómo hacerlo, siempre fue cuidado y mimado por quienes le rodeaban, y de esto, hasta llegar a la agresión si lo necesitaran, y le molesta que lo critiquen y le molesta que lo interrumpan, y que algo le digan, cuando su actividad principal la dedica con su gente a cabildear para que al poder lo suban y la historia se repita, se dañe al reino y a los pobladores de él, no los ayudará, no los mejorará solo que fueran sus cuates o que ni lo interrumpan ni lo molesten.

Pues en fin, como verán, en este imaginario reino, se acercan los cambios de realeza, se pierde el poder se esfuman los amigos y las lealtades y nacen los que quieren ocupar el trono que mas que ver por sus empleos ven por sus próximas posiciones, pero de la ciudadanía, de la población que por ellos voto y habrá que saber si lo volverá hacer, por ellos nada, si no fuera por el gobierno del estado, que en todos los problemas les resuelve y todo les apoyaba, si no fuera por eso, a todos nos llevaría la…

 

¿O no?

Juzgue usted.

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