Por Valentín Varillas
Existe personal recibiendo ingresos en el Comité Directivo Estatal del PAN en Puebla bajo distintos esquemas de contratación.
Los dan de alta como “personal de confianza”, a través de contratos de prestación de servicios profesionales anuales, de contratos de prestación de servicios mensuales y hasta con esquemas en donde aparecen empresas que surten vales de gasolina.
También utilizan como prestanombres a personas físicas y morales que en teoría le venden algún producto o prestan algún servicio a este renovado blanquiazul.
Las posibilidades son infinitas.
De esta manera y protegidos bajo esta enorme gama de razones sociales, reciben una lana del partido cónyuges, hermanos, amigos, amantes, personal que labora fuera del partido y demás.
También, al amparo de este esquema, desde la tesorería del CDE panista se pagan campañas negras vía contratos de prestación de servicios profesionales y “asesorías” a distintas áreas.

Así se financia la nueva campaña en contra del presidente municipal de Puebla: “Pepe Chedraui no cumplió”.
Mismo caso con los dineros negros, la “maldita caja chica” como le llaman al interior.
Se trata de un proceso de sangría de las arcas del blanquiazul en donde se engrosan artificialmente los gastos realizados, presentando cientos de expedientes falsos con los que se pretenden justificar el gasto de millones que se destinan a cuestiones completamente ajenas a la política o a las necesidades reales del partido.
Suponen que, entre más “paja” documental entreguen a los órganos de control y auditoría – internos y externos- menos observable será el presupuesto.
El saqueo, además de descarado, es inmisericorde.


