30-10-2025 09:25:16 AM

Modelo ciudadano opositor, fracasaría en Puebla

Por Valentín Varillas 
 
El relanzamiento del PAN, más que un asunto de logos o colotes, tiene como centro neurálgico el abrir el partido a perfiles ciudadanos para que compitan en elecciones.

Reconocen que, de acuerdo a la realidad que viven actualmente, el modelo del político tradicional está agotado para ellos.

Esto supone un cambio radical en términos de usos y costumbres al interior, algo que, por lo menos en el caso de Puebla, se ve francamente complicado.

Y es que, quienes han controlado históricamente los órganos de dirección del partido, en pasado y en presente, han ensayado una método de control absoluto en donde han llevado mano en todas las decisiones importantes.

Tanto en el diseño y operación de la estrategia electoral a aplicar en cada coyuntura, como en el reparto de candidaturas.

Esta ha sido la constante desde que el panismo ortodoxo, el autodenominado “tradicional” reinaba, hasta en los tiempos estelares del neopanismo, inaugurado por Moreno Valle y sus secuaces.

Quedarse con todo, absolutamente todo.

En el pasado, la máxima era “perder elecciones pero ganando el partido”.

Los tiempos en donde desde los gobiernos priistas se financiaba por debajo del agua – con contratos de obra pública y otros privilegios- a una oposición light, que criticaba poco y con temas banales para legitimar a los mandatarios en turno.

Si eran competitivos o no en las urnas, no modificaba en nada su status quo.

Con Rafael, en cambio, había dinero de sobra.

Y se gastaba con el objetivo único de concentrar el poder.

Ahí sí era fundamental ganar a como diera lugar, para que el modelo funcionara con precisión milimétrica.

Pero siempre con los suyos, jamás con los de afuera.

El grupo fue siempre una burbuja muy cerrada, que operaba con un muy claro y estricto protocolo para la entrega de posiciones y el relevo de liderazgos.

Jugaban ellos, nadie más.

Ahora, aunque los nombres, las formas  y los estilos han cambiado, el fondo es igual.

Riestra y compañía lo quieren todo para ellos y se resistirán también a abrirse a estos perfiles ciudadanos que desde el CEN venden como modelo único para competirle a Morena en el 27 y en el 30.

La manera en la cual operaron los relevos en las dirigencias municipales del blanquiazul en el estado y la tristemente célebre de elección con acordeones –al estilo de la del poder judicial- de consejeros estatales y nacionales, son muestras claras de lo anterior.

Todo para ellos.

Todos los privilegios y prebendas.

Todo el poder.

Aunque en lo electoral se avecinen tiempos igual o más oscuros que los vividos desde el 2018 hasta la fecha.

Las candidaturas ciudadanas tendrán que esperar mejores tiempos.

Si es que algún día llegan.

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