Por Alejandro Mondragón
Lo único que no puede presumir la Cuarta Transformación, menos Morena y aliados, es el primer año de gobierno de sus alcaldes.
Para muestra dos botones: San Pedro Cholula con Tonantzin Fernández; y Cuautlancingo con Omar Muñoz.
La primera exudando una incapacidad brutal en el ejercicio de gobierno. Pobre de San Pedro que lleva años con autoridades que llegan a robar, no a resolver los problemas reales de los ciudadanos/as.
La corrupción, los hoyos y socavones en colonias y juntas auxiliares, la prepotencia, el nepotismo y el cobro de piso, tienen a la alcaldesa Tonantzin en la rechifla absoluta cada que hace apariciones públicas.
Ella sólo gobierno para verse en selfies.
Del otro lado, Cuautlancingo representa lo peligroso que es postular a personajes como Omar Muñoz que cree que con pagar gacetillas en medios va a tapar a toda su parentela que tiene cobrando en el erario.
Las tardes son de fiestas blancas en el primer círculo del edil, quien además tolera robo de vehículos y autopartes, asaltos en la vía pública y casas, cobro de piso a comerciantes y excesos en tarifas a industrias asentadas.
Todo tiene que ver con el moche y permitir que crezca la delincuencia organizada, el narcomenudeo y los levantones.
Morena y PT poco tienen que celebrar con esos gobiernos en San Pedro Cholula y Cuautlancingo. Están para llorar. No aprendieron la lección.
El ejercicio de gobierno nada tiene que ver con pertenecer a una camada en el poder, sino de dar respuesta social, dejar de robar y también por qué no: de mamar.