02-10-2025 04:12:39 PM

Enloquecieron en el poder

Por Alejandro Mondragón

 

El entonces gobernador Rafael Moreno Valle tenía una fórmula infalible para apoderarse no sólo del PAN, como partido, sino de la voluntad de sus liderazgos:

 

Darles chamba y ponerlos dónde lo que sobraba era el dinero, porque la ocasión hace al ladrón.

 

A lo largo de su sexenio fue colocando en cargos públicos a panistas de El Yunque. Unos en el gabinete, otros en alcaldías y también de diputados locales.

 

Ya afianzados en los puestos públicos, entonces solicitaba auditorías, en las que siempre se encontraban desvíos, excesos e incumplimiento de obras o favoritismo con ciertos proveedores.

 

Moreno Valle los dejaba. Nada más que a la hora de cobrárselas entonces los citaba en el anexo de Casa Puebla, donde había bloqueadores de llamadas telefónicos y se inhibía la señal de internet.

 

Ahí, les pedía su apoyo para ganar posiciones para los suyos en las candidaturas y espacios en el CEN del PAN.

Quien se negaba o condicionaba recibía su dosis de periodicazo al día siguiente donde se señalaban irregularidades en sus cargos públicos.

 

Entonces, ya dóciles trataban de justificarse con los operadores del góber, quien ya no los recibía por segunda vez, pero mandaba a que les enseñaran las auditorías.

 

Y todos colaboraban. Le entregaron el partido y sus vidas.

 

Eso le pasó precisamente a Jesús Zalvidar en el Conalep. Vio el arca abierta y metió la pezuña.

 

Otros más de los panistas que fueron señalados fueron Pablo Rodríguez Regordosa, Pedro Gutiérrez, Miriam Arabián, Francisco Fraile, Salvador Escobedo, Mario y Rodrigo Riestra, y otros mucho más.

 

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