Por Alejandro Mondragón
La generación de cristal en medios de comunicación y redes sociales es capaz de enfrentar cualquier sesgo de autoritarismo hasta que reciben una réplica.
Entonces, se presenta como víctima de persecución política. ¿Cuántas voceras de exfuncionarios/as hoy están papel de críticas del poder?
La generación de cristal hay que entenderla como aquellas personas excesivamente sensibles, frágiles y con baja tolerancia a la frustración o la crítica.
¿Acaso ya se nos olvidó lo que eran gobiernos culeros que incluso con el apoyo de otros periodistas azuzaban a detractores del régimen en turno?
Se acuerdan de la amenaza: “yo mejor que tú me iba de Puebla”.
Claro el sexenio morenovallista, del cual ya quisiera que la actual generación de cristal hubiera enfrentado con valor, es el ejemplo de que trataba como basura a los medios de comunicación y usaba a las redes sociales para amedrentar y perseguir críticos.
Desde columnistas que agarraban de meseros hasta espionaje telefónico contra la llamada Liga de la Justicia.
¿Ya se les olvidó que en el morenovallismo se obligó a los dueños de portales de noticias a entregar sus contraseñas para que los voceros del régimen subieran o bajaran la información y fotos que quisieran?
¿O tampoco se acuerdan que los conductores de radio y televisión recibían preguntas (hay de aquel que se saliera del guión) para las entrevistas de los funcionarios morenovallistas?
Para las conferencias de prensa se les dejaba en claro a los reporteros qué y en qué tono preguntar. El que contrapreguntaba era acusado con el dueño del medio para que lo cambiaran de la fuente de gobierno.
Nadie decía nada de que toooooda la información pública era clasificada y reservada por décadas.
Ahora cualquier estrategia de comunicación que tiene que ver el gobierno de Alejandro Armenta se presenta como el peor de los pecados.
Seriedad, no mamen, recuerden que sabemos qué hicieron en sexenios pasados.