Por Alejandro Mondragón
A nadie sorprende ya la ingenuidad de ciertos personajes en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, quienes sin más méritos que cercanía con el poder asumen que ganarán la Rectoría.
Lo cierto es que hoy la estructura, el ánimo universitario y el respaldo de la comunidad lo tiene la actual rectora Lilia Cedillo.
La científica no ha estado exenta de traiciones de cercanos, como se notó y se supo de parte de quién durante el paro estudiantil del año pasado.
Precisamente alguno de los oponentes, César Cansino, quiso capitalizar el movimiento, pero fue repudiado por los propios alumnos.
Y eso que presumía ser asesor del armentismo o, más bien, asesor del asesor.
Lo cierto es que Cansino ha publicado más escándalos que libros propios, como cuando su “compañera” lo acusó de secuestro de sus hijas y él le reviró en redes sociales. La señaló de adúltera, drogadicta y demás lindezas.
Aquí le dejo su publicación:
La otra opción que Ricardo Paredes, exdirector de la Facultad de Administración ha sido señalado de golpeador de alumnos y acosador. Nada más hay que revisar las publicaciones de La Jornada de Oriente.
Así que todo está listo para la elección rectoral, en donde basta entender la nueva realidad académica y universitaria para perfilar lo inevitable: la reelección de Lilia Cedillo por cuatro años más.
Ya no se hagan bolas.
