Por Alejandro Mondragón
Vaya paradoja de la vida. Nadie se imaginaría que Eduardo Rivera Pérez y su grupo se convertirían en el fiel de la balanza, en la elección interna para la dirigencia municipal del PAN.
Y lo peor es que la única esperanza para Mario Riestra y su delfín Manolo Herrera son los votos de El Yunque, sí, de la organización que declararon por muerta los morenogalista, tras la derrota de Felipe Velázquez.
En efecto, la carrera por la dirigencia inició hace un año con Manolo Herrera caminando solo, en un día de campo bajo la sombra protectora de Mario Riestra y Pablo Rodríguez Regordosa.
Después inició la vertiginosa carrera de Guadalupe Leal, que con trabajo de tierra, visitando diario a militante tras militante, empezó a subir de forma sostenida.
Lo primero que logró la yegüa -hace dos meses- fue alcanzar al potrillo Manolo Herrera en la preferencia electoral.
Ahora, rebasó a Manolo Herrera y al día de hoy, ya le saca casi 10 puntos de ventaja de la participación esperada, algo así como 250 votos de diferencia, según estimaciones internas entre panistas.
El único actor político que aún no ha decantado su apoyo es Eduardo Rivera Pérez; líder moral del PAN y de un grupo numeroso de militantes, conocidos como El Yunque.
Este grupo al interior del partido cuenta más o menos con 250 votos.
Precisamente la diferencia que actualmente Lupita le lleva de ventaja a Manolo Herrera.
Conocedor de este escenario, Manolo Herrera ha enfocado sus baterías a convencer a Eduardo Rivera de darle su apoyo.
Los mensajes son enviados diariamente, las ofertas de posiciones son cada vez mayores; sin embargo, Eduardo Rivera no ha dado su brazo a torcer, luego que le echaron el aparato de las cuentas públicas fakes para exhibirlo y amarrar navajas con el edil Pepe Chedraui.
Por otro lado, Leal también hace su chamba, intenta por todos los medios convencer a Eduardo Rivera, sus votos son importantes para acrecentar la ventaja y definir de una vez por todas la victoria en la elección.
Lalo Rivera está convertido en el fiel de la balanza.
Si da su apoyo a Manolo Herrera lo revive en esta batalla que hoy ya tiene perdida.
Si se decanta por Leal, le ayudará a lograr una victoria contundente, con el respaldo de la inmensa mayoría de la militancia.
Quien logre convencer a Lalo Rivera dará muestras de un gran oficio político; el que tenga el mejor proyecto para el partido seguramente lo logrará.
Todos saben que el exalcalde no es un hueso fácil de roer, no se cuece al primer hervor y seguramente ofrecerá el apoyo de su equipo a quien considere que representa lo mejor para el PAN.
