Por Valentín Varillas
El primero es consecuencia de un proceso natural: el del relevo en el poder.
Y la historia nos enseña que la transición tendría que haber sido tersa, permitiendo la aparición y lucimiento de los nuevos liderazgos, a la par que los “viejos”, los heredados del pasado reciente, asumen la tradicional obligación de hacerse a un lado.
No ha sido así.
Han optado por aferrarse a un tiempo que ya pasó, obstaculizando sistemáticamente la facultad legal de la presidenta de ejercer el poder a plenitud.
En lo político, están pagando el precio de su obstinado anacronismo, pero al mismo tiempo están sometiendo al oficialismo a una madriza mediática sin precedentes.
Claudia Sheinbaum está siendo un enorme daño colateral de todo esto y no puede darse ese lujo como jefa del ejecutivo federal.
Mucho menos en su primer año de gobierno.
El que sentará las bases de lo que llaman el segundo piso de la 4T.
De ahí que tendrá que acelerarse el proceso de deslinde y defenestración de todos ellos, el cual vendrá desde lo más alto del poder.
Y Andy podría ser el primero.
El hijo del ex presidente ese ha convertido en una auténtica y letal bomba de tiempo.
Sus lujos, excesos y falta de oficio político suman exponencialmente al escarnio, pero también opera como un factor de división al interior del partido.
Cada vez son más fuertes los reclamos de quienes asumieron como directriz de su vida política aquello de la “austeridad republicana”.
Sobre todo de quienes componen el grueso de la estructura.
A quienes se les exige trabajo duro, todo tipo de sacrificios, horas y horas de trabajo, a cambio de una remuneración modesta.
En algunos casos, hasta miserable.
Y a veces, inexistente.
Son a los que convencieron de la honestidad del movimiento, de su supuesta fortaleza moral, de su impenetrable blindaje anticorrupción.
Los mismos que hoy ven con auténtico asco que aquellos a los que ayudaron a llegar al poder, se dan una vida prohibitiva para ellos.
Que se convirtieron en lo que desde el discurso tanto criticaron y que simplemente son idénticos a los que gobernaban antes.
La fractura será inminente y, de no operar con rapidez y contundencia , podría ser de pronóstico reservado.