Por Alejandro Mondragón
Se viven momentos claves para el futuro de la industria automotriz en México. Ya plantas como la Nissan adelantaron su salida de Morelos para reagruparse en Aguascalientes.
La razón les asiste cuando reportan pérdidas por 1 mil 200 millones de dólares.
Estados Unidos dejó de ser el trampolín de automotrices asiáticas y europeas. Ahora si quieren cero aranceles y competir con los autos estadounidense, deben trasladar sus líneas de producción o abrir nuevas plantas en la Unión Americana.
Parece fácil, pero México negocia en aranceles lo que cree convendrá, aunque Donald Trump ya demostró que puede sacar más ventajas que nadie.
Ahí tiene el acuerdo arancelario con la Unión Europea, al que todos los países miembros censuraron por concederle a Estados Unidos todo, a cambio de no amenazas.
Y nos hemos preguntado qué decisión tomará el capital alemán en sus plantas de Puebla.
¿Irá por el camino de Morelos y Aguascalientes?
¿O negociará con Trump su reubicación en Estados Unidos?
¿O rematará sus plantas, de Volswagen y Audi, a los chinos?
Muy pronto se sabrá.
El problema es para los poblanos, en términos de empleos, crecimiento y calidad de vida.
¿Se ha imaginado una vida económica sin VW ni Audi?
