22-05-2025 11:46:24 AM

Cacicazgos disfrazados de liderazgos pululan en PAN

Por Alejandro Mondragón

 

Las dinastías más prolijas en Puebla se localizan, sin duda, en el Partido Acción Nacional, cuyos dirigentes lanzan la piedra y esconden el nepotismo.

Así figuran:

Tlatehui-Cuautle: San Andrés,
tierra de herencia conyugal

En San Andrés Cholula, el relevo no fue electoral, fue conyugal. Edmundo Tlatehui dejó la presidencia municipal para que su esposa, Lupita Cuautle, tomara la batuta. Una transferencia directa del poder, con seis años para dejar las arcas familiares bien surtidas.
De pueblo mágico a feudo familiar.

Antonio Vázquez Hernández:
de Teziutlán para el clan.

El exedil de Teziutlán, Antonio Vázquez, dejó más que una administración polémica. Su hija Nahomi Vázquez ya figuraba en el gobierno local como presidenta del DIF, y ahora como regidora, confirmando que en Puebla el poder se reparte en familia… y con historial financiero por aclarar.

Valencia Ávila: el clan
de Venustiano Carranza

Con más de 15 años en el poder municipal, los Valencia Ávila se pasaron del PRI al PAN sin despeinarse. En 2024, Marco Antonio Valencia, el menor del clan, volvió al poder con el impulso de Eduardo Rivera, quien paradójicamente se ha manifestado contra los cacicazgos… pero revive uno de los más duraderos.

González Vieyra: política y
crimen, ¿el mismo apellido?

En Tlachichuca, Ciudad Serdán y San Nicolás Buenos Aires, los González Vieyra siguen mandando. Este año, tres hermanos ganaron elecciones municipales. Pero su historial se ensombrece por señalamientos de secuestro y extorsión.
Del PAN al MC, pero el apellido, ese no cambia.

Vergara Tapia: Petlalcingo,
propiedad privada

Desde 2002, los Vergara Tapia han ocupado alternativamente la presidencia municipal de Petlalcingo. En 2021, Isabel Vergara regresó al cargo, sumando otra vuelta en el carrusel político familiar. Cuando el poder se hereda como un terreno.

Guerrero-Jiménez: la eterna diputada

Ángel Guerrero, exedil de Tlatlauquitepec, y su esposa Nancy Jiménez, diputada local con múltiples periodos en el Congreso, son ejemplo de cómo la política se transforma en
propiedad conyugal. Años reciclando candidaturas bajo la misma dirección.

Rivera-Ortiz: el círculo
íntimo del poder

Eduardo Rivera, exalcalde de Puebla y excandidato a la gubernatura, tiene su propio clan.
Su esposa Liliana Ortiz es diputada federal. Sus cuñadas, Denisse (senadora suplente) y Esther Ortiz (regidora), también gozan de posiciones privilegiadas. ¿Fin a los cacicazgos?
No cuando se predica una cosa y se hace otra.

Genoveva Huerta: el PAN
como empresa familiar

La actual secretaria general del PAN, Genoveva Huerta, no se queda atrás. En 2024 se supo que su pareja, Irving Vargas, fue nuevamente designado representante del PAN ante
el IEE, cargo que ya había ocupado.

Repartir el pastel entre conocidos sigue
siendo la norma, no la excepción.

¿Y la renovación prometida?

Mientras la presidencia de la República impulsa un nuevo modelo de gobierno sin herencias políticas, en Puebla el PAN sigue funcionando como una agencia de colocación familiar.

Cambian los cargos, no los apellidos. Y así, la esperanza de renovación democrática se topa con la misma pared: los cacicazgos disfrazados de “trayectoria partidista”.

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