16-05-2025 03:05:42 AM

Muerto, el tema García Luna

Por Valentín Varillas

 

Con la suspensión de la visa norteamericana a la gobernadora de Baja California, se muere también el manejo mediático- político del tema Genaro García Luna. 

Ya no hay la credibilidad necesaria para seguirlo utilizando como columna vertebral para la narrativa electoral.

Uno de los liderazgos principales del oficialismo tiene prohibida la entrada a los Estados Unidos, bajo sospecha de haber realizado operaciones financieras de origen ilícito.

Esto implica, faltaba más, que existen elementos concretos para suponer que tiene también pactos inconfesables con grupos relacionados con la delincuencia organizada.

Como los tuvo quien fue el Secretario de Seguridad Pública en el sexenio de Felipe Calderón.

El gobierno de Donald Trump, simplemente los igualó, matando de paso a la gallina de los huevos de oro en términos de rentabilidad política y posicionamiento de imagen.

Y de qué manera.

Aniquilado está también aquel eslogan del “no somos iguales”, que le sumó en su momento millones de votos a los candidatos de la 4T.

El caso de la gobernadora de BC, Marina del Pilar Ávila, no es aislado ni será el único.

Seguramente se trata apenas de una modesta probadita de todo lo que se viene.

Y entonces, habrá seguramente más elementos para concluir que, en estos tiempos de supuesto cambio político en México, siguen existiendo auténticos narco-gobiernos.

Perversas sociedades con la delincuencia organizada, con el objetivo único de entregarles el país a cambio de recibir millones y millones de dólares.  

Como antes, como ahora, como siempre.

Todo sigue igual, únicamente han cambiado los protagonistas de la historia y el papel que desempeñan en la trama.

Los “malos” siguen aquí, llevan más de cuatro décadas metidos hasta las mismas entrañas de las instituciones públicas del Estado mexicano, con la descarada complicidad de los gobiernos en turno.

Extirparlos, como auténticos tumores cancerosos, supone llevar a cabo una serie de cirugías mayores, muy importantes e invasivas, que seguramente serán practicadas por cirujanos gringos, ante la falta de voluntad de los que ejercen aquí.

Qué vergüenza.

Muy soberana, independiente y libre, pero vergüenza al fin.

Los estrategas del oficialismo tendrán que reinventarse un nuevo discurso, completamente nuevo, diferente, para seguir convenciendo a su voto duro de que no se equivocaron al momento de acudir a las urnas y optar por la continuidad.

El reto es mayúsculo, muy grande, casi titánico.

Aquello de la “honestidad valiente”, ha quedado ya sin efecto.

A ver ahora qué se les ocurre.

Tienen cada vez menos materia prima valiosa de la que echar mano.

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