Por Valentín Varillas
Se llama Sergio Robles Sarmiento.
Cobra como director de Obra Pública en el ayuntamiento de Coronango.
Sin embargo, en los hechos, es quien realmente manda en ese municipio.
Él opera, decide, ejecuta y sobre todo, sangra el erario como nunca se había visto antes.
Ha opacado a Armando Filemón Aguirre Amaro, en teoría su jefe, a quien en corto minimiza, critica, insulta y desprecia.
Existe evidencia documental del saqueo.
Faltaba más.
Apenas el 31 de marzo pasado, la contralora Gina Érika Hernández Armenta giró un oficio con observaciones que tienen que ver con 17 obras que se llevan a cabo en ese lugar.
Las irregularidades son monumentales.
Todas tienen que ver con favorecer a las empresas consentidas de Robles Sarmiento.
Las que se han puesto bellas con el descarado pago de moches a cambio de contratos.
Expedientes incompletos, falta de fianzas de anticipo y de cumplimiento, falta de facturas y ausencia de registro en el padrón de contratistas, por ejemplo.
Pero también existen señalamientos concretos por trabajos inconclusos y pésimamente ejecutados.
Además de corruptos, son muy brutos.
El documento emitido por la contraloría municipal señalaba el 4 de abril como el día último para solventar dichas anomalías.
Por supuesto, hasta la fecha no ha pasado nada.
Ni pasará.
No hay manera de explicar el mierdero que han armado si no es bajo el crisol del cochupo y la deshonestidad.
Robles Sarmiento dice que se pasa el oficio por el arco del triunfo.
Presume entre sus cercanos que no le hacen ni cosquillas.
Jura que está protegido desde muy, muy arriba.
¿Será?
La lucha frontal en contra de la corrupción ha sido parte fundamental del discurso del gobernador Alejandro Armenta.
Él mismo ha invitado a los ediles a conducirse con decencia, integridad y rectitud.
En Coronango existe un autentico foco rojo que hay que atender de manera inmediata.
Un corrupto que ocupa una de las carteras más importantes del servicio público, de la mano de un alcalde que en los hechos es una auténtica marioneta.
No puede salir nada bueno de esta combinación de factores en los próximos dos años y medio de administración.
Pobre municipio, lo que se le viene.