Por Alejandro Mondragón
Con una tabla de porcentajes, mostrada a los medios desde la oficina oval de la Casa Blanca, Donald Trump dio sepultura a la globalización.
Sí, aquel proceso de integración económica, social, cultural, tecnológica y política a escala mundial, cuya característica fue la creciente interdependencia entre los países.
Eso se acabó en un acto público. Una globalización sostenida por acuerdos comerciales para evitar la guerra arancelaria.
De 1947 hasta 1995, el comercio entre países fue regulado por El GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio). Fue sustituido por la Organización Mundial del Comercio, hoy también muerta.
El mundo se rompe con la guerra arancelaria entre la principal nación productora (China) y la consumidora (Estados Unidos) que arrastra a todos los países.
Imposición de aranceles que obliga a cada país sancionado a sentarse a negociar con Estados Unidos, el mercado de mayor consumo en el mundo, pero además a dejar de manipular tipos de cambio y subsidios disfrazados a la producción con mano de obra barata.
Estados Unidos pierde 86 millones de dólares por minuto, con su propia guerra arancelaria.
En México, las repercusiones ya se notan con paros técnicos en el sector automotriz, elevación de costos de autopartes, y un tipo de cambio muy volátil.
En Puebla, ya también hay consecuencias palpables. La empresa automotriz Audi dejará de exportar a Estados Unidos, en tanto resuelve el tema del 25 por ciento de arancel impuesto por el gobierno de Donald Trump.
El portal Balance Financiero reveló, en un comunicado oficial enviado a todos los concesionarios de Estados Unidos, que la firma automotriz de los cuatro aros les dijo que todos los vehículos que hayan llegado desde México o Europa el 2 de abril o antes y estén en el puerto serán procesados, vendidos y entregados a los concesionarios.
De acuerdo con lo publicado por Automotive News, la automotriz alemana frenará la exportación y ‘retendrá’ todos los vehículos que después del 3 de abril lleguen a puertos de EU, pues tendría que pagar el arancel de 25 por ciento, apunta el diario estadounidense.
La planta de Audi en Puebla empezó a operar en 2016; al año fabrica 175 mil vehículos modelo Q5 en diferentes versiones, y a la fecha cuenta con unos 4 mil 500 trabajadores sindicalizados.
Y nadie lo puede remediar. Un castillo de naipes automotriz se derrumbará, sino se alcanzan acuerdos arancelarios.