Por Valentín Varillas
Por segundo año consecutivo, el mercado de La Cuchilla fue clasificado por el gobierno de los Estados Unidos como uno de los centros de mayor distribución en el mundo de productos falsificados y piratería.
Esto, de acuerdo con datos de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos en México, dados a conocer en el Review of Notorious Markets for Counterfeiting and Piracy.
La información destaca que ahí operan, por lo menos, 120 almacenes y 150 tiendas que venden productos que se encuentran de manera ilícita en el país.
De ahí, se envían a otros centros de distribución ubicados en buena parte del territorio nacional.
Además, el documento señala que al interior del mercado se cometen todo tipo de delitos : extorsión, narcomenudeo, la venta de armas, homicidios y otros más.
Al nivel de Tepito o San Juan de Dios en Guadalajara.
De ese tamaño.
Este lugar, por deácadas, ha sido controlado y operado por la 28 de Octubre.
La supuesta organización social que en los hechos.
Aunque ellos aseguran públicamente que ya no tienen nada que ver ahí.
Que les “arrebataron por la fuerza” las posiciones de poder que manejaban.
Falso.
Ahí siguen, camuflajeados a través de terceros para intentar seguir gozando de absoluta impunidad.
Porque ese es el verdadero tema.
Quieren presionar al gobierno actual para mantener sus cotos de poder y los millonarios ingresos que esto supone.
La realidad en La Cuchilla no es diferente a la que se vive en el Hidalgo, el Independencia, el Motrelos, Los Héroes o el Xonacatepec.
Y créame, no hay coincidencias.
La 28 de Octubre opera con una lógica muy parecida a la de los grupos de facto que hacen pedazos el tejido social del país.
Esto lo han dejado muy claro quienes llevan las riendas de las instituciones públicas del estado.
Y así debe de ser.
De otra forma, como han hecho con los mercados y el transporte público, sus perniciosos tentáculos seguirán infectando varios sectores fundamentales para Puebla.
Así ha sido por décadas y está claro que van por más.
A difrencia de otros tiempos, todo parece indicar que, ahora sí, no habrá concesiones ni medias tintas.
Mucho menos debilidad ni tibieza.
Que a pesar de sus bravuconerías y amenazas, esta vez se van a topar con pared.