07-04-2025 12:41:52 PM

La traición, en estatutos del PAN

Por Alejandro Mondragón

 

Entre panistas poblanos se ha intensificado el debate sobre la presunta traición del dirigente Mario Riestra por pactar con Morena la pérdida de Chignahuapan a cambio de Venustiano Carranza, en la pasada elección extraordinaria.

 

Las viudas del morenovallismo reprochan a los huérfanos de El Yunque que también negociaba Eduardo Rivera con Luis Miguel Barbosa.

 

Lo cierto es que la traición en el PAN no es cosa nueva. Se perfeccionó en tiempos de Rafael Moreno Valle, sobre todo en el último sexenio del PRI.

 

Le cuento:

 

En las reuniones de más alto nivel entre el peñismo y el PAN para impulsar las reformas estructurales, solía hacer acto de presencia el entonces gobernador de Puebla Rafael Moreno Valle.

 

Y aparecía no como enviado panista, lo que incomodaba de sobre manera a la cúpula del blanquiazul, sino como operador de Peña Nieto para allanar el camino de sus reformas.

 

Aunque Moreno Valle –al arrancar su sexenio- entró en confrontación con la empresa OHL, en la que Emilio Lozoya Austin formaba parte del consejo de administración y comité de auditoría, con su deslinde de la firma para incorporarse al equipo de Peña Nieto, la relación cambió, no sólo para la empresa española, sino también para el ex director de Pemex.

 

Los lazos se intensificaron cuando Moreno Valle recibió la petición de Peña para operar en el PAN y PRD la reforma energética. Llevó senadores y diputados federales con Lozoya a la Torre de Pemex.

Y amarrados los acuerdos, ambos personajes se reunieron en Puebla para respaldar un proyecto “de amigos” de la esposa del presidente, Angélica Rivero.

 

En 2014, Pemex firmó un contrato con Puebla para “donar 2 mil 100 bicicletas” a fin de crear un sistema vial en las ciclopistas morenovallistas, a cambio de favorecer a la empresa CycloShare, ligada a Ricardo Pierdant Grunstein, cuyo nombre salió a la luz pública por pagar los impuestos del departamento de Angélica Rivero en Miami.

 

El contrato que involucró al ayuntamiento de Puebla para la operación nunca se cumplió. Las bicicletas jamás llegaron y hasta la administración de Claudia Rivera Vivanco se procedió a cancelar la concesión ventajosa que había firmado el morenovallismo.

 

Nunca hubo sanción alguna para nadie. Rivera Vivanco no iba a proceder contra sus aliados morenovallistas.

 

De ese tamaño se negociaba y traicionaba al PAN, cuyos líderes poblanos sólo siguen hoy la escuela morenovallista.

About The Author

Related posts