02-04-2025 03:17:03 AM

Monreal, el lastre

Por Valentín Varillas
 
Ricardo Monreal le juega las contras a la presidenta Sheinbaum.

Es evidente que trae una agenda propia que nada tiene que ver con los intereses de Palacio Nacional.

El actuar del coordinador de la bancada mayoritaria en la cámara de diputados federal desafía los muy estrictos códigos de disciplina que hasta ahora habían caracteriza do el comportamiento de los miembros de la 4T.

La iniciativa de reformas a la ley electoral que envío la jefa del ejecutivo al congreso, es un ejemplo muy claro de lo anterior.

Sheinbaum intentó combatir de frente uno de los más grandes males que afectan a la política nacional: cientos de cargos públicos que se heredan entre familiares de primer grado.
Monreal dijo que no.

Y su palabra pesó más que la de la primera mujer presidenta del país.

El zacatecano quiere extender todavía por más tiempo, el dañino cacicazgo que por décadas le ha generado todo tipo de beneficios a su familia.

Un reinado que tiene todo el tufo de aquellos perversos amarres con la delincuencia organizada.

Un acto de rebeldía así, hubiera sido impensable en los tiempos de AMLO.

Aquellos en donde a las iniciativas votadas por la aplanadora de Morena no se les cambiaba siquiera una coma.

De la mano de otros impresentables como Adán Augusto López o Gerardo Fernández Noroña, le han dado forma a una quintacolumna que pretende debilitar al máximo la figura presidencial.

También Puebla se ha infectado del veneno de Monreal.

Su asistencia contaminó el evento con motivo de los primeros 100 días de gobierno de Alejandro Armenta.

De entrada porque, el jefe del ejecutivo estatal recalcó, una y otra vez, el trabajo coordinado y la estrecha relación que tiene con Claudia Sheinbaum.

Las referencias a la comunidad de objetivos entre niveles de gobierno fueron la constante durante todo el discurso del gobernador.

Dejó muy claro que ellos sí, van de la mano por el bien del país, algo de lo que Monreal no puede presumir.

También, el mandatario estatal hizo un muy merecido reconocimiento a todas las mujeres que han logrado destacar en el ámbito de la política y el servicio público poblanos.   
Resaltó su valioso aporte a la vida empresarial, académica, institucional y social del estado.

¿Y qué hizo Monreal?- no sólo defender a sangre y fuego a un presunto violador como Cuauhtémoc Blanco, sino criticar y amenazar a aquellas mujeres que se atrevieron a ir a contracorriente, votando a favor del desafuero del ex gobernador de Morelos.

Les quitó el mérito que supone hoy votar en conciencia y no en borregada, cuidando el costo político por encima de la aplicación de la ley.

“No son heroínas”- sentenció ante la presencia de los compañeros reporteros de los medios locales, mostrando así la bajísima calaña de la que proviene.
Vergonzoso.

Decían los viejos políticos que en un sistema tan presidencialista como el nuestro, abrir frentes con quien ocupa la silla del águila es un auténtico suicidio.

Ojalá que, en el caso de Monreal, esta máxima se aplique no sólo muy pronto, sino de manera contundente y demoledora.

Sigue haciéndole un enorme daño al país.

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