02-04-2025 12:11:52 AM

Riestra: el sello de la traición

Por Valentín Varillas

 

En su campaña para la alcaldía de Puebla, Mario Riestra pujó con todo al interior de Acción Nacional para incluir posiciones de Antorcha Campesina en su oferta electoral.

Soñó que, metiendo a su planilla a Ovidio Celis Córdova, a Soraya Córdova Morán como candidatos a regidores propietarios y a Lluvia Guadalupe Sánchez Hernández como suplente, tendría más posibilidades de ganar la capital.

Ni así.

Insisto en los casi 130 mil votos de diferencia con los que perdió, para dimensionar su fracaso como candidato.

Pocas cosas se ve algo así.

Ahora que se ha demostrado que las sucias manos de Antorcha contaminan la vida interna de la BUAP, los descalifica y ataca.

Claro, ya no les sirven para nada.

Otra vez, se trata de la peor amnesia selectiva.

La más convenenciera y deleznable.

La que se nutre y alimenta de la traición, el sello característico de la vida pública de Riestra.

Traicionó al morenovallismo cuando Rafael no lo consideró para competir por la alcaldía en el 2018.

Sembró de intrigas y fracturas la administración de Luis Banck, fundamental en la estrategia de RMV para ganar la elección en donde Martha Érika competía por la gubernatura.

Se le fue encima con todo a Tony Gali, entonces jefe del ejecutivo estatal, quien además de apoyarlo con todo en su momento, tenía a su hermano Rodrigo y su esposa Patricia como parte de su gabinete.

Ya en la lucha por hacerse del control del PAN poblano, criticó con todo los errores, omisiones y corruptelas de Eduardo Rivera, cuando en campaña pedía el voto a su favor, vendiéndolo como ejemplo de honestidad y eficiencia: supuestas características principales de los gobiernos emanados del blanquiazul.

Regresando a la figura de Moreno Valle, hasta muerto lo traicionó.

Declaró en medios nacionales que era un personaje autoritario, que en aras de conseguir sus objetivos no tenía empacho en violar la ley.

Un vanidoso narcisista obsesionado con concentrar el poder, incapaz de reconocer los logros de terceros y con un profundo desprecio por la dignidad humana.

Mario jamás tuvo el valor de hacer esas críticas cuando Rafael vivía.

Faltaba más.

En la recta final de su campaña, mandó a su mucama, Jesús Zaldívar, a aportar datos para que el CEN panista denunciara a Eukid Castañón por un supuesto desvío de recursos del orden de los 500 millones de pesos.

Si hubo tal desvío, Rafael lo supo.

El mismo Riestra reconoce que Moreno Valle ensayó una estrategia de gobierno que tenía como columna vertebral el control total, absoluto, de todo y de todos.

Enemigos, pero sobre todo: de sus más cercanos colaboradores.

Imposible que no se enterara de algo así.

Alguna vez le preguntaron al ex gobernador que si estuviera en una situación de altísimo riesgo y pudiera escoger a una sola persona para confiarle su vida quién sería, contestó de inmediato: “a Herrera”, como coloquialmente se refería a Castañón.

Maquiavelo y Sun Tzu, en sus respectivos clásicos sobre cómo ejercer el poder dedican párrafos enteros a temas relacionados con el pragmatismo que en muchos casos lleva a la traición y cómo el que manda puede beneficiarse de estas acciones.

Mario Riestra representa la antítesis de estas teorías.

Él ha traicionado sistemáticamente, pero ha sido incapaz de cumplir con las metas más importantes que se ha trazado en su vida política.

Vienen más traiciones y estarán acompañadas de muchas más derrotas.

Ya lo verá.

Origen, siempre será destino.

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