Por Alejandro Mondragón
Siempre venderá una lucha frontal contra los cárteles de la droga y la inmigración ilegal.
Y al más puro estilo de Felipe Calderón, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump pretende legitimar su mandato con la lucha a los cárteles, en congruencia a su discurso xenofóbico contra la comunidad latina en general y a la mexicana en particular.
Es éste el punto medular, donde expertos en inteligencia y espionaje en México se responde el por qué la oposición mexicana, incluso inconscientemente adoptaría a esta figura sin recapacitar en el baño de sangre durante el panismo, ahora proyectado lo que sería con un ejército de mayor envergadura.
Como observación, es de considerarse que Donald Trump acusa a los cárteles mexicanos, como los culpables de la drogadicción de los ciudadanos norteamericanos, pero ¿acaso no hay cárteles estadounidenses?
¿Todo es culpa de los latinos? En su discurso xenófobo, sí.
Además, en esta guerra justificaría la movilización de su industria militar que tanta prioridad ha sido histórica para el país de las barras y las estrellas (tan solo el presupuesto de 2024 del Pentágono fue de 886 mil millones de dólares).
En México, ¿cuál fue el Cártel triunfador durante el panismo?
¿Qué grupo delictivo fue el que más se fortaleció y terminó como la manzana de la discordia para tener acuerdos que garantizaran la paz en el negocio sin daños colaterales?
El de Sinaloa encabezado por El Chapo Guzmán y El Mayo Zambada, líderes detenidos en Estados Unidos, país que busca regular el negocio internacional de las drogas para quedarse con sus jugosas ganancias.
Hasta parece broma.