Karina Fernández |
La lideresa estatal del PAN, Augusta Díaz de Rivera advirtió que los casi 700 panistas que el partido pretende expulsar, representaban un riesgo para renovar la dirigencia por votación abierta, pues sus intereses son distintos a los de la institución.
Así lo dejó ver tras recordar que, en su mayoría, fueron candidatos de otros partidos políticos, razón por la cual la Comisión Permanente Estatal determinó iniciar su expulsión en el mes de agosto; trámite que no ha concluido.
Díaz de Rivera consideró que esta situación hizo que, en promedio, 8 de cada 10 comités municipales, decidieran que por medio del método extraordinario se elija a la próxima dirigencia estatal del partido.
“Como es por militancia y algunos de nuestros militantes, efectivamente, decidieron irse a otra opción, ustedes saben que hay más de 700 procesos de expulsión, precisamente por eso, pero todavía están en el padrón, eso fue lo que sopesó cada uno de los comités municipales, no la presidencia, no la secretaría, no el Comité”.
(…) cada quien, en su municipio, evaluó qué tanto peligro había de que en su propia militancia se infiltraran votos que desviaran la decisión de la militancia, por eso lo hicieron”, argumentó.
Augusta Díaz de Rivera negó que la dirigencia en turno haya presionado a los comités municipales para solicitar la renovación por Consejo Estatal; tampoco que haya condicionado la entrega de prerrogativas.
Esto luego de que 96 de 113 estructuras municipales con derecho a participar, se pronunciaron por el método extraordinario que deja en manos del Consejo Estatal la votación del próximo comité, y excluye a la militancia.
Dijo que el recurso se ministra de manera mensual, después de que las estructuras municipales informan cómo ocuparon el financiamiento público, por lo cual remarcó que el partido no cometió ninguna ilegalidad rumbo al proceso interno.