Por Valentín Varillas
Es evidente que el primer gobierno federal emanado de la llamada 4T fracasó rotundamente en lo que a seguridad pública se refiere.
Hay indicadores claros, contundentes, demoledores, que no dejan lugar a dudas.
Y no hay cabida para las salidas fáciles; para los siempre mentirosos “otros datos”.
Para nada.
Aquí, dato duro mata discurso público.
Puebla no está ajena a esta complicada realidad en materia delincuencial.
Las historias de terror que se ven aquí con una frecuencia preocupante, son también muestras muy claras de lo anterior.
Y hay que decirlo con todas sus letras.
Como intentó hacerlo hace unos días la presidenta estatal del PAN, Augusta Díaz de Rivera, pero sin el tramposo sesgo partidista que le dio a su mensaje.
Y es que, convenencieramente, olvidó comentar que el más reciente gobierno de la capital, el que terminó su gestión hace menos de un mes y que emana del blanquiazul, resultó una nulidad en el combate a la delincuencia.
Revisemos los benditos datos duros; en este caso los del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Se trata, por supuesto, de cifras oficiales.
De acuerdo con esta instancia, entre 2021 y 2023, el total de delitos creció en Puebla capital un 12.1%.
En 2021, se cometieron 28,839.
En el 2022: 31,679 y un año después: 32,315.
El desglose por tipo de ilícito, en el mismo período de tiempo, es el siguiente:
Total de Robos (considera la suma de los robos en todas sus variaciones y movilidades) : +17%
Robo de Vehículos: +17%
Robo a Transportista: +198%
Robo a Casa Habitación: +15%
Robo a bordo de Unidades del Transporte Público: +49%
Robo a Transeúnte: +12%
Robo a Negocio: +9%
Robo de Autopartes: +37%
Trata de Personas: +69%
Lesiones Dolosas: +6%
Narcomenudeo: +11%
Violencia Familiar: +5%
Como ve, Díaz de Rivera no tiene nada, absolutamente nada que presumir.
Tomar el tema de la seguridad pública como materia prima para el golpeteo político, con estos indicadores, se convierte en un peligroso búmeran que se regresa e impacta de frente, haciendo pedazos la credibilidad y el prestigio de quien lo lanza.