Por Alejandro Mondragón
En todo un galimatías se ha convertido el tema del sobregiro presupuestal, en el gobierno panista.
¿El exedil Adán Domínguez autorizó al extesorero Omar Coyopol dar las cifras o el oriundo de San Andrés Cholula, en alianza política por el PAN con otro paisano, descarriló a su jefe?
El caso no sólo se trata de definiciones, pues en Puebla hay hipersensibilidad ante cualquier hoyo financiero.
Ya se sabe del asunto desde el sexenio de Melquiades Morales con su secretario de Finanzas, Rafael Moreno Valle, y luego la gestión de éste último con el sobreendeudamiento de los PP´s.
Para no ir muy lejos, con Miguel Barbosa se registró otro hoyo finaciero con el quebranto al erario en la fallida inversión en Banco Accendo por 600 millones de pesos, gracias a la exsecretaria de Finanzas, María Teresa Castro.
Ahora, el extesorero dijo que había un sobregiro presupuestal de 680 millones de pesos, monto que sería cubierto con un crédito por la misma cantidad, previa autorización del Congreso.
Al final no hubo más contratación de deuda, aunque la campaña mediática hizo que las cuentas por pagar recibieran el mote de hoyo financiero.
Y además sacaron a Adán Domínguez de la puja por la dirigencia estatal del PAN, cuando él no lo ha confirmado, ni negado, y en su última declaración dejó en claro que va.
Los panistas adversarios del grupo de Eduardo Rivera ya descalificaron a cualquiera que hubiera laborado en el Ayuntamiento para contender por la presidencia del blanquiazul.
Quizá sirva que sepan lo que realmente se dejó en las finanzas municipales:
Un presupuesto en el orden de los 1,700 millones de pesos para lo que resta del año.
De ese monto, 230 MDP está en bancos, y el resto programado para ingresar por diversas vías -recaudación y participaciones, entre otros.
Se incluye un gasto de operación presupuestado de 839 millones de pesos.
Hay alrededor de 445 millones de pesos correspondientes a cuentas por pagar.
¿Entonces?
Cuando la perra es brava hasta los de casa muerde.