Por Alejandro Mondragón
Ooooootra vez Claudia Rivera Vivanco amenaza con postularse para un cargo.
A todo le tira. En una fiesta de 15 años seguro querrá ser la quinceañera.
Es la versión de género de Gerardo Fernández Noroña, quien pretende ser ajonjolí de todos los moles hasta que le pusieron un alto.
Presumía ser la mujer mejor posicionada para ganar la candidatura de Morena a la gubernatura, por lo que participó en la encuesta, aunque ella ya había pactado con Ignacio Mier una secretaría en su eventual gabinete.
Y perdió la nominación por una ventaja tan lejana del segundo lugar, pues Alejandro Armenta arrasó.
Inmediatamente se lanzó por la segunda posición del Senado, si era posible arrebatarle a Ignacio Mier el primer lugar que le dieron por acabar como segundo de la interna por Palacio de Gobierno.
Tampoco pudo. Los acuerdos de Morena con el PT la pusieron en su lugar.
Entonces, se inventó que tenía en la bolsa la candidatura a la alcaldía de Puebla, misma que por su culpa perdió su partido en 2021 ante Eduardo Rivera, del PAN.
Se aplicó otra encuesta en la que perdió ante Pepe Chedraui, una vez más, por lo que empezó a patalear hasta que el gobernador Sergio Salomón la rescató para llevarla por Tepeaca, su tierra, a la diputación federal.
La presidenta de Vivancolandia está convencida que ella fue la diputada más votada del Estado por su trabajo, aunque siendo una desconocida operaron para que ganara.
Ante su vocera en los medios, se quejó de Claudia Sheinbaum. Dijo que desvaloraba el papel de la mujer y de los fundadores con eso de que no ganan elecciones.
Luego, buscó la coordinación de los diputados federales de Puebla. Tampoco se le dio.
Ahora, ya amenazó con buscar la dirigencia estatal de Morena, pues tiene las palancas de Bertha Luján y su hija Luisa María Alcalde, próxima lideresa nacional del partido guinda.
En verdad, tampoco entendió nada del pasado proceso electoral, ni de la vida.
Disfrutan a su legisladora.