Por Alejandro Mondragón
La peor bofetada a los priistas poblanos está en que Alito Moreno y Néstor Camarillo presumen su senaduría, a costa de hundir más al PRI.
Sí, a ambos dirigentes nacional y local nada les importó, más que ellos hayan obtenido su hueso.
Vale madre haber perdido 17 alcaldías en este 2024 respecto al 2021. Ninguna diputación federal, menos estatal, lograron sus cartas legislativas.
El PRI fue atropellado por el carro completo de votantes que desprecia lo que abandere.
Inexplicable que aún existan priistas en Puebla capaces de tragar la mierda de sus dirigentes y no pase nada.
El PRI además exhibió que sus candidatas andaban ligadas al crimen organizado. El caso de Tania Trejo del Cártel Jalisco de Nueva Generación y los levantones con descuartizados.
La lideresa Delfina Pozos es un holograma de representatividad, porque ella también ganó su pluri, mientras otros priistas se someten al escarnio popular.
En el PRI ya no cabe la auto reflexión, preguntar qué pasó, por qué el electorado los vomita, mientras ellas y ellos siguen pisoteados por dirigentes que mientras ganen su pluri, lo demás vale madre.
El tricolor, creado como partido de Estado, está aniquilado, aunque todavía los ingenuos/as crean lo contrario.
Aquellos que mejor aprendieron a operar acabaron en Morena.
El PRI sigue simplemente la ruta del PRD que no es otra cosa más que desaparecer.
¿Quién diablos querrá al priismo de aliado en futuras elecciones?
Exacto.
