07-09-2024 09:40:08 PM

Gil Zuarth: el precio de la ideología

Por Valentín Varillas
 
Es hoy uno de los más férreos críticos de la 4T.
Histriónico como es, hace circo, maroma y teatro en medios nacionales en defensa del proyecto de Xóchitl Gálvez.
En Puebla, se enriqueció todavía más gracias a un gobierno emanado de Morena: el de Miguel Barbosa.
Ahí, estableció una instancia de poder paralela a la legalmente establecida, con capacidad real para la toma de decisiones oficiales.
Roberto Gil Zuarth tuvo inclusive la influencia suficiente como para imponer perfiles en aquel gabinete.
Ana Lucia Hill en Gobernación y Teresa Castro Corro en Finanzas, por ejemplo.
Además, con su despacho de asesoría jurídica, se encargo de la estrategia para ajustar cuentas con quienes fueron considerados como enemigos del entonces mandatario estatal.
Con o sin razón.
El propio panista se jactaba en todo tipo de reuniones de haber sido el “gatillero de Barbosa”.
Aquel Barbosa que hizo de Puebla un bastión del proyecto presidencial de Claudia Sheinbaum.
La misma Claudia Sheinbaum que hoy es receptora de las más despiadadas críticas y los más salvajes ataques de este personaje.
Normal, si tomamos en cuenta los intensos y extraños vaivenes de la política actual.
Imposible saber qué haría Gil Zuarth si Barbosa siguiera vivo.
Si las arcas del erario poblano siguieran siendo materia prima de jugosos recursos para el férreo defensor del proyecto opositor.
Hay quienes dirán que no.
Que Miguel Barbosa no pactaría con los “enemigos” de la 4T en una coyuntura electoral tan importante como la actual.
Otros, asegurarán que al contrario.
Que si al final el ex gobernador no hubiera tenido la oportunidad de influir en el proceso de selección del candidato al gobierno de Puebla, se iba a decantar por apoyar con todo el proyecto del panista Lalo Rivera.
Total, ya existe un antecedente de un amarre similar.
De Barbosa fueron buena parte de aquellos votos con los que ganó la elección del 2021 en la capital.
Ahora que está en campaña y que sufre  -como otros candidatos – del síndrome de la amnesia selectiva, tal vez se atreva a negar lo que en términos de política real resulta obvio, muy claro, más que evidente.
Por cierto, hablando de política real, ni a Gil Zuarth ni a Rivera Pérez les fue bien en su primera experiencia siendo parte de una campaña presidencial.
Fueron marineros que abonaron al hundimiento de aquel penoso barco que llevaba por nombre Josefina Vázquez Mota.
Sí, la misma que hizo que aquel PAN de la presidencia de la República se convirtiera en la tercera fuerza política nacional.
Lo dicho: pobre Xóchitl.

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