Por Alejandro Mondragón
Tres personajes marcan la planilla edilicia del panista Mario Riestra Piña.
PRIMER CASO
Bruno Taveira Da Costa Pechir fungirá como suplente del alcalde. Este abogado es un enemigo declarado de la #LeyVicaria.
Sí aquella que reconoce el tipo de violencia ejercida por las personas que usan a sus hijos para dañar a su pareja o a la madre de los menores. Quien cometa este delito en Puebla será castigado con hasta 10 años y ocho meses en prisión.
En su cuenta de tiktok, Bruno Taveira afirma que la #LeyVicaria discrimina a los hombres, quienes pueden sufrir violencia por parte de las mujeres.
La califica de inconstitucional por discriminatoria contra los hombres.
Mujeres váyanse preparando porque lo que vivieron el pasado 8 de marzo en Palacio Municipal es una probadita de lo que tendrían con personajes como el suplente de Mario Riestra.
A ver que responde la candidata a síndica municipal con José Chedraui Budib, Mónica Silva, quien fue co autora de la #LeyVicaria, como diputada local, junto a la finada Aurora Sierra del PAN.
SEGUNDO CASO
Ovidio Celis Córdova, hijo de Juan Manuel y Soraya, líderes vitalicios de Antorcha Campesina. La alianza PAN, PRI, PRD y PSI trae entre sus proyectos la movilidad y combatir a las mafias del transporte público.
Antorcha Campesina no goza de las mejores cartas de presentación ante los usuarios del servicio, siempre ha operado en el transporte con impunidad y ahora qué dirán a los votantes cuando se sepa que pretenden soluciones, incluyendo al problema en la planilla de Riestra.
Y TERCER CASO
El caso de Jesús Zaldivar, líder municipal panista, vinculado a proceso por corrupción y abuso de autoridad, en su paso por el Conalep, ha sido usado por los suyos para victimizarse.
En realidad, las evidencias condenan a este personaje, a quien premian con una regiduría para su esposa, Amparo Acuña.
El gobierno de Mario Riestra será falto de empatía con mujeres con personajes como su suplente, mafioso con Antorcha Campesina y corrupción con la familia Zaldivar en la nómina.
No lloren cuando pierdan.