30-04-2024 02:31:24 PM

Evangelio de AMLO ¿palabra de candidatos?

Por Valentín Varillas

 

Indudable, la gran importancia que tendrá para los aspirantes del oficialismo a un cargo de elección popular, el fenómeno de arrastre del presidente López Obrador.

Su imagen, carisma,  el blindaje social del que goza y sobre todo, el muy alto nivel de aceptación con el que cerrará su gobierno.

Pero también, las pifias discursivas serán para sus candidatos una apretada camisa de fuerza que los puede meter en complicados callejones sin salida.

La mañanera del viernes pasado, por ejemplo.

No puedo pensar en un peor argumento para sumar votos, que el desprecio absoluto por el estado de derecho.

O peor: el reconocer que desde el privilegio que da el cargo público, se busca tener un marco jurídico de excepción.

Una ley a modo que se adapte a los caprichos e intereses de los políticamente poderosos.

Vaya peligro, en un país en donde la impunidad es uno de los principales factores que históricamente han degradado nuestro tejido social.

¿Pues qué no era al revés?

¿Qué en estos tiempos de supuesto cambio político en México, todos iguales y nadie por encima de la ley?

Así lo vendió el hoy presidente en tres campañas consecutivas.

Ya en el cargo, se ha esmerado por hacer trizas esa promesa.

¿O entendimos mal 33 millones y medio de votantes que optamos precisamente por un supuesto régimen de instituciones fuertes?

Sí, en donde se acotara el poder del presidente en turno y que dejara de ser el amo y señor de este país.

Como antes, como ahora, como siempre.

Bien valdría la pena preguntarle a los candidatos de la 4T, si están de acuerdo con esta nueva y escandalosa encíclica de su mesías.

También, si la tomarán al pie de la letra como eje rector de su actuar en el servicio público, en caso de ganar la elección.

¿Apelarán a su autoridad moral y política para hacer y deshacer a placer?

¿Para arrojar a la basura aquel hipócrita juramento en donde prometen “cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanen”?

En teoría, tendrían que hacerlo.

Hay que recordar que en el microcosmos del oficialismo, AMLO goza del don de la infalibilidad.

Que jamás se equivoca.

Y que aquellos que han tenido la bendición de ser aceptados en el redil, se comprometen a pagar el precio de aplaudir, alabar, defender y seguir a rajatabla, la línea dogmática que se les dicta en cada evangelio mañanero.

Aunque se lleven por delante principios, congruencia y convicciones propias.

¿Qué opinarán en corto?

¿Qué pensarán realmente?

Imposible saberlo.

A veces, en política, callar es una estrategia de supervivencia política.

Cuestionar, por otra parte, será siempre la ruta más corta hacia el suicidio.

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