Por Alejandro Mondragón
En el reparto nacional de cuotas en el PAN Puebla quedó en manos de El Yunque, con lo que ello implica.
No sólo por la postulación de su jefe local a la gubernatura, Eduardo Rivera Pérez, sino por la llegada como coordinador de la campaña poblana, Marco Antonio Adame.
Sí, el cuestionado exgobernador de Morelos es hoy el jefe nacional de la Organización.
Eso indica que todo lo que tenga que ver con Puebla, en el caso de los panistas, pasará por el Palacio Charlie Hall.
Será la primera vez que El Yunque opere directamente una elección, pues con Rafael Moreno Valle fue aliado y después el grupo resultó marginado.
En el año 2018, con Martha Érika Alonso se abrieron espacios para evitar la división interna. Adame fue factor para cancelar la ruptura de yunquistas.
Abonó para que Rivera Pérez jugará su segunda contienda por la alcaldía, la cual perdió, aunque posteriormente en 2021 se impuso en la plaza.
Que El Yunque sea el que reparta el pastel de candidaturas panistas, y seguramente alguna que otra priista, explica el reciente encuentro entre la diputada federal y exlideresa estatal azul, Genoveva Huerta, en Palacio Municipal, con Rivera Pérez.
Está clara, entonces, la narrativa de la campaña frente al abanderado morenista, Alejandro Armenta: sacar del clóset al marinismo para polarizar entre el regreso de Mario Marín o corregir el rumbo estatal para que no vuelva más ese priismo.
La fórmula Rivera y Adame garantiza a El Yunque el control total y la formalización de acuerdos, a partir del criterio: Quien obedece, no se equivoca.
