01-05-2024 08:50:54 PM

Divide, infiltra, inhibe y vencerás

Por Valentín Varillas 

 

 

A pesar de la enorme ventaja que de acuerdo con los números tiene el oficialismo, tanto en la presidencial como en las estatales del próximo año, en el presupuesto electoral de Palacio se cuida hasta el último detalle. 

No debe haber un solo cabo suelto en la estrategia de garantizar la continuidad de la 4T en lo más alto del poder político. 

Por eso, es importante dividir el voto opositor. 

Para lograrlo, se presionó con todo a Movimiento Ciudadano para que mandara candidatos propios. 

Aunque obsesivamente intentan manejar un discurso anti-Morena, la verdad es que su papel real es servirles de paleros. 

Sus candidatos, desde Samuel García hasta los que ya se manejan para las entidades federativas, están mucho más cerca del oficialismo de lo que usted y yo nos imaginamos. 

Romper o debilitar el esquema de alianzas es otro punto importante. 

Hacer que liderazgos de partidos opositores jueguen políticamente a favor del Movimiento que encabeza López Obrador y no de los partidos que oficialmente representan. 

La infiltración a los adversarios es de tal magnitud, que el esquema de coalición PRI-PAN-PRD puede romperse de manera oficial en algunos estados. 

Puebla, por ejemplo. 

Esto obligaría al tricolor a mandar candidatos propios en el caso de nuestro estado y aunque la intención de voto de este partido pudiera considerarse como marginal aquí en la aldea, en algo puede fraccionar el segmento del electorado que jamás votaría por los colores guinda. 

Además, si de plano no se puede quebrar el bloque de adversarios, el objetivo es jalar a perfiles de alta competitividad electoral que no fueron designados para los cargos que buscaban y que se sienten afectados en sus derechos políticos. 

Estos agravios que son reales en la Ciudad de México, por ejemplo, tendrá como consecuencia lógica una sangría de militantes y simpatizantes con su consecuente afectación en términos de votos reales. 

El círculo se cierra intentando que salga a votar la menor cantidad de gente posible. 

Así de claro. 

En el búnker de Morena saben que si el 68% del tota de los inscritos en el padrón electoral acuden a las urnas, la elección estaría en riesgo. 

Tanto la presidencial como las locales. 

De ahí que regresemos, otra vez, al manejo mediático de la narrativa de la victoria. 

Hace un par de días se publicó una encuesta, otra más, en donde los indicadores muestran una potencial victoria de Claudia Sheinbaum por 52 puntos. 

Sí, leyó bien. 

El ejercicio realizado por De las Heras, se suma a los de El Universal y El Heraldo, que mostraron una ventaja de 30 y 38 puntos respectivamente. 

Y así veremos más, muchas más. 

La estatales no tardan en salir y mostrarán números muy parecidos. 

Ya lo verá. 

Manejar la teoría de que todo está definido resulta el más efectivo inhibidor del voto orgánico. 

Aquel que proviene del ciudadano que sale a votar por convencimiento y no por tener un interés económico o político en el resultado. 

El histórico de 5 años para acá, nos enseña la efectividad de la estrategia. 

En estos tiempos de la 4T, hemos visto cómo los gobernadores de oposición han rendido sistemática y dócilmente sus respectivas plazas, a cambio de no enfrentar toda la fuerza del aparato institucional del Estado mexicano. 

En ésta, la elección más importante en la breve historia de Morena, habrá todo lo anterior y mucho más. 

“Ganarlo todo y a como dé lugar”—fue la instrucción del presidente en una mañanera. 

Y la seguirán, todos los aludidos, al pie de la letra. 

No tienen de otra. 

 

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