01-05-2024 09:21:48 PM

No son nada sin Morena

Por Valentín Varillas

 

¿Riesgo real de fractura como consecuencia del proceso interno para elegir al inminente candidato de Morena a la gubernatura de Puebla?

No, para nada.

Ni de chiste.

Podrá haber redefiniciones, correcciones, ajustes para perfeccionarlo, pero de ahí a que alguno de los participantes rompa abiertamente con el partido y sus liderazgos, o de plano la juegue las contras a quien resulte el abanderado del oficialismo, hay un mundo de diferencia.

De entrada porque, en el remoto caso que tuvieran el valor de hacerlo, no le hacen ni cosquillas.

No cuentan con capital político, no son bien vistos en los partidos opositores a la 4T y lo más importante: todos quieren seguir participando en política.

Y sin el Movimiento y el manto protector del presidente López Obrador, simple y sencillamente están fuera de la jugada.

De cualquiera.

No les daría ni para ganar nada, absolutamente nada.

Y ellos, antes  que nadie, están más que conscientes de su realidad.

Por más que manden mensajes a través de sus corifeos en redes o columnas políticas.

Ninguno de los seis que queden se va a mover.

Ni siquiera un milímetro.

Y aceptarán, todos, gustosos, el premio de consolación que les toque.

Es normal que en la aldea, se dejen llevar por el tentador canto de las sirenas.

Ese que les endulza el oído todos los días y que tiene como consecuencia una inevitable desubicación.

Una peligrosa pérdida de piso que los eleva a una altura que de plano no tienen.

Así que, la orden es, ha sido y seguirá siendo contundente: todos tranquilos, pase lo que pase.

Y todos con una responsabilidad muy clara, directa, concisa y sin ambigüedades: sumar para que ganen los que deben de ganar.

Sin peros, sin pretextos, al margen de egos inflados y autoestimas que rebasan cualquier realidad.

Los veremos el viernes sonrientes, jubilosos, extasiados, levantándole la mano al ungido, legitimándolo y jurando por todos los dioses que son un ejemplo de unidad y de cohesión.

Los próceres que en el discurso se inmolarán en aras de la continuidad del partido en el gobierno, pero que en corto siempre supieron que no les iba a alcanzar.

Actuando el papel que les toca de acuerdo a lo que realmente valen al interior de la 4T.

Nada más, pero nada menos.

Si a pesar de todo esto, después del viernes existe alguno que reniegue del proceso, que denuncie dados cargados o que de plano el piso no estaba tan parejo como decían, ya sabe el camino. 

Simplemente tiene que llegar a Palacio Nacional, patear la puerta de la oficina principal y expresarle con toda firmeza su inconformidad y rechazo al perfil designado para competir por Puebla a quien ahí despacha. 

A ver quién tiene los tamaños de aventarse semejante tiro. 

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