01-05-2024 08:40:32 PM

La encuesta no puede ser pretexto

Por Valentín Varillas 

 

Todos saben la metodología. 

La conocen de cabo a rabo. 

Las mismas instancias del partido, aquí y allá, han hecho un esfuerzo importante por comunicarla con lujo de detalle. 

La famosa reunión de hace un par de días en la Ciudad de México, tuvo precisamente esa intención. 

Que si alguien de todos los que aspiran a gobernar uno de los estados que estarán en juego el próximo año tiene alguna duda en el proceso de obtención, tratamiento y valoración de la información que decidirá a los ganadores, que hablara en ese instante o que callara para siempre. 

Nadie abrió la boca. 

Por lo menos en lo realmente importante. 

Hubo un aval unánime al procedimiento y la consecuente promesa de aceptar el resultado. 

Sea cual sea. 

Están conscientes que la famosa encuesta de Morena tiene una dinámica distinta a las que realizan las empresas encuestadoras comerciales.  

Que de antemano existe  una valoración distinta de reactivos. 

Que aunque todos suman, cada uno tiene un peso específico diferente en la toma de la decisión final. 

Y el reactivo rey, el que si lo tienes amarrado es prácticamente garantía de triunfo, tiene que ver con esta pregunta : ¿quién quieres que sea el candidato de Morena en Puebla?. 

Amarrarlo, supone que tienes un amplio conocimiento entre militantes y simpatizantes y que por lo mismo, eres un perfil altamente competitivo en términos de obtención de votos. 

Es, al final de cuentas, la famosa voluntad del pueblo. 

Por eso, no se valdrá descalificar el procedimiento como argumento de los perdedores. 

Si ven algo raro, extraño, o consideran que no existen las condiciones de igualdad de participación, que se bajen de una vez. 

Si siguen oficialmente compitiendo en el proceso, existe un aval implícito a sus reglas, protocolos, usos y costumbres. 

Y es que, aunque no lo crea, ya hay quienes empiezan a inmolarse en lo oscurito. 

A victimizarse entre sus seguidores y apoyadores. 

A quienes, por cierto, desde hace meses les han vendido espejitos. 

Influencias inexistentes y cercanías que en realidad están a kilómetros de distancia de quienes avalarán la decisión final. 

Lloran amargamente en corto, porque en los hechos, no ven la menor oportunidad de ganar. 

Se han convertido en una especie de club de autoayuda. 

Ni hablar. 

Quisieron volar muy alto y ni las alas les crecieron. 

Ojalá nos les gane la desilusión. 

Por su propio bien. 

Caminar por la derecha en un partido absolutamente piramidal como lo es Morena, siempre será mejor que caer en el barranco. 

Les va a doler menos que el ego herido de aspirar a una posición para la que, algunos, nunca tuvieron los tamaños. 

Ya lo verá. 

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