04-05-2024 08:32:14 PM

Arranca la narrativa de la victoria

Por Valentín Varillas 

 

La polémica encuesta de Buendía, la de los 30 puntos de ventaja del oficialismo en la sucesión presidencial, es una violenta cachetada de realismo que ubica a la oposición en su justa realidad.  

Pero también, en términos de los protocolos que rigen el marketing político, representa la génesis de la construcción de un eje discursivo muy concreto: el del “ya ganamos”. 

Se trata de una de las más valiosas y efectivas herramientas para influir directamente en la psique del votante potencial. 

A partir de esta valoración numérica, que adelanta una auténtica paliza de Sheinbaum a Gálvez, se le irán dando forma a una serie de mensajes que intentarán vender que la elección del próximo año, por lo menos en lo que a la jefatura del ejecutivo federal, es ya cosa juzgada. 

Un asunto de mérito trámite. 

Un molesto y costoso protocolo que simplemente va a confirmar lo que desde ahora ya se adelanta: la inminente continuidad de la 4T en Palacio Nacional. 

Y aunque a simple vista no lo parezca, la obsesiva repetición de esta “verdad” en un período tan largo de tiempo, le mete mucho ruido al segmento de la población que todavía no sabe por quién va a votar y la que duda inclusive si salir a las urnas o no. 

Y de acuerdo con las propias encuestas se trata de un porcentaje muy alto de quienes están inscritos en el padrón electoral.  

El mercado meta a que se pretende llegar con esta narrativa de la victoria anticipada es aquel que no es parte del voto duro de un partido, ni sale a sufragar porque tenga un interés económico o político directo en el resultado de la elección. 

Al ciudadano “volátil” o “indeciso”, el que se le maneje desde ahora que la elección está ya definida, históricamente lo ha orillado de forma mayoritaria a ir con el ganador o bien a no participar en el proceso. 

El famoso “ya para qué”. 

Cualquiera de los dos escenarios favorece el statu quo en la política. 

Que no exista un cambio de partido en el poder. 

Que las cosas se queden tal y como están. 

Por todo esto, el ejercicio estadístico publicado por El Universal vale oro para los estrategas y operadores de Sheinbaum. 

Tendrán mucha materia prima para ir confeccionando -ya desde ahora- un traje que le queda a la medida y que, por lo menos en el terreno de la percepción, es el de la ganadora. 

Remar contra este auténtico tsunami mediático y publicitario parece una misión imposible, para quienes hoy tienen en sus manos la titánica labor de levantar un producto que aparentó mucho en la forma, pero que ya se vio: no trae nada en el fondo. 

De seguir la tendencia, como todo parece indicar, el fenómeno Xóchitl tendrá un daño colateral altísimo para el resto de los candidatos de Acción Nacional. 

Y lo que falta. 

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