Por Alejandro Mondragón
Después de la unción de Claudia Sheinbaum como coordinadora de la Cuarta Transformación, lo que en unas horas era inminente, en tiempo real ya no fue.
Y todo porque la estridencia de las redes sociales se ha convertido, lamentablemente, en la principal fuente de información para el análisis.
El viernes se leyó en medios y cuentas de periodistas que Julio Huerta tenía la candidatura poblana en el bolsillo.
Que había hecho alianza con Alejandro Armenta para ir juntos. Y hasta el coordinador de Sheinbaum en Puebla subió nuevos espectaculares -con la exjefa de gobierno de la Ciudad de México- para dejar el claro que son la fórmula del 2024.
Aún más, publicaron parte de la encuesta en la que ganó Claudia, pero sólo lo referente a Puebla. En ningún otro estado se divulgó lo mismo.
El punto era dejar en claro que el equipo de Adán Augusto valió madre en la operación para dejar al exsecretario de Gobernación en cuarto lugar. Se filtró que el culpable era el grupo de Ignacio Mier.
En realidad, la operación política se la dejó Adán Augusto a su amigo Fernando Padilla, mediante el diputado Roberto Solís.
Lo más curioso es que el sábado, una vez que se corría la versión que Adán Augusto entraría al relevo de Mario Delgado en Morena y coordinaría la campaña de Sheinbaum, entonces todo cambió y se reforzó la versión de la alianza Huerta y Armenta, y los llamados a la unidad de Ignacio Mier.
Y la renuncia de Omar García Harfuch a la Secretaría de Seguridad en la Ciudad de México avivó el rumor que en Puebla tocará mujer; el problema es que el exfuncionario dejó en claro que se integra al equipo de Claudia, no para ir a sucederla.
El domingo se cerró el fin de semana con la renuncia de Olivia Salomón al gabinete y su anunció de buscar la gubernatura. Entonces, en redes y columnas se resolvió que era mujer y que Sheinbaum y hasta el gobernador irían con la aún secretaria de Economía.
De todo lo que se afirmó este fin de semana hay una verdad absoluta: Sheinbaum y Sergio Salomón están más cerca que nunca.
Serenos morenos.
La contienda aún no empieza.
