Por Alejandro Mondragón
La pregunta para Alejandro Armenta Mier no es si ganaría la encuesta de Morena en Puebla, sino ¿dejarán que se registre para el sondeo por la gubernatura?
Ahí está la declinación de Zoé Robledo, director del IMSS, para participar en la puja por Chiapas, pese a encabezar las preferencias electorales en aquella entidad.
Armenta Mier se ha mantenido como puntero de buena parte de los sondeos, pero la diferencia tampoco resulta tan contundente como a inicios del 2023.
Varios factores han venido minando su causa. El escándalo del Audi de super lujo que involucró a su brazo derecho, José Luis García Parra, le costó entre 8 y 15 puntos porcentuales.
Fue un balde de agua fría al discurso de la austeridad franciscana, pero el tema lejos de apaciguarse, seguirá en el Senado de la República.
Los 128 senadores disponen ya de la petición de una auditoría a la mesa directiva del Senado, en la que Armenta fue el presidente y García Parra, el asesor, en el último año.
Se ha pedido formalmente que se investigue el manejo de una partida que dispone la Presidencia del Senado por 100 millones de pesos.
Pero además otros personajes están el ojo del huracán. Quizá lo más delicado sea la denuncia por violencia familiar por parte de uno de los operadores armenistas contra la mamá de su hija, hoy funcionaria, a quien además amenazó de muerte.
El propio senador ha dicho que mejor lo critiquen a él, pero no a los suyos. Ese es el problema: la parte más débil proviene de quienes operan relaciones e intereses económicos.
Este 31 de agosto concluye su gestión como presidente la mesa directiva del Senado y su proceso de entrega-recepción no será fácil.
Habrá que ver en estos días toooodas las señales. Para empezar si el presidente Andrés Manuel López Obrador le da un trato preferencial a la nueva presidenta del Senado, lo que jamás brindó públicamente a Armenta.
Cualquier señal cobra sentido, ahora.
