03-05-2024 05:32:27 PM

A la Xóchitl, la sucesión poblana

Por Alejandro Mondragón

 

Nadie vio venir, ni en el PAN, PRI y PRD, incluso los morenistas, a Xóchitl Gálvez, como el as bajo la manga para la sucesión en Palacio Nacional.

 

La senadora, soportada en una maquinaria digital, comenzó a ocupar los espacios, al grado que hoy figura como la puntera de la Alianza va por México.

 

Desde el espejo retrovisor mira a sus competidores: Santiago Creel, también del PAN; y Enrique de la Madrid del PRI. Los demás quedaron eclipsados por el factor X.

 

Este modelo nacional de irrumpir con un perfil heterodoxo bien podría replicarse en las otras entidades federativas, en la que se renovarán 9 gubernaturas.

 

Los moderados no tienen ya cabida en la disputa de la nación.

 

En Puebla, ¿quién podría ser ese personaje que irrumpiera en la escena local, del lado de la oposición, para recuperar el Estado?

 

Hasta ahora se han manejado nombres, como Eduardo Rivera Pérez, el alcalde de la capital; la senadora Genoveva Huerta; la exalcaldesa Blanca Alcalá; y otra lista interminable de aspirantes.

 

¿Habrá sorpresa para Puebla?

 

No hay que perder de vista el papel que juega hoy el empresario Claudio X González, hombre que tiene en la entidad a un viejo conocido de los empresarios, a quienes ha representado en cámaras y consejos.

 

Se llama Jorge Espina Reyes, uno de los patronos de la UPAEP y hoy del CCE.

 

Del lado de las mujeres, hay una que mantienen en el radar, no sólo por la defensa de la transparencia, sino por saber defender la causa ante todo el aparato de la Cuarta Transformación.

 

Esa mujer también es muy conocida por los poblanos: Blanca Lilia Ibarra, quien de los medios de comunicación (Televisa Puebla, Canal del Congreso de la Unión) pasó a dirigir el Instituto Nacional de Acceso a la Información.

 

Ahí tiene dos perfiles que pueden irrumpir en la escena local, tal y como Xóchitl lo acaba de hacer, en el ámbito nacional.

 

En una de esas, conociendo a Claudio X González, termina por convencer hasta el mismísimo Diablo de apellido Fernández.

 

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