03-05-2024 10:24:11 PM

La relocalización en la sucesión

Por Alejandro Mondragón

 

El entorno de inversión también será clave, en el proceso de elección que se avecina para Puebla.

 

En la década de los ochenta se señalaba que lo que más exportaba la entidad no eran los autos de la Volkswagen, sino el capital de familias poblanas hacia Europa, principalmente.

 

Ahora, las condiciones han cambiado los patrones de inversión, pues la entidad se consolidó como uno de los principales clústers automotrices con VW y Audi, ligadas a sus cadenas globales de suministro de autopartes.

 

El estado ya figura como beneficiaria de la llamada relocalización o Nearshoring: Ciudad de México, Nuevo León, Jalisco, Puebla y Estado de México conforman el top five en el arribo de inversiones (53 por ciento al sector manufacturero y 33 por ciento a servicios), de acuerdo con el Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (LACEN) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

 

El Instituto Mexicano de la Competitividad incluso señala a Puebla en el primer lugar nacional en talento laboral, por la oferta educativa que dispone.

En la gestión de Sergio Céspedes Peregrina se han captado 920 millones de dólares, conforme el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas.

 

Y el Estado se sitúa en el cuarto lugar en el top de los flujos de inversión que arriban a la entidad, como efecto de la relocalización.

 

El entorno de inversión también juega su propia dinámica, porque brinda estabilidad y seguridad al capital, en momentos en que se deciden las regiones para hacer negocios.

 

La electromovilidad y relocalización serán palabras que los aspirantes a la gubernatura deberán tener en sus discursos para entender la dimensión de lo significará Puebla para los flujos de capital.

 

¿Qué aspirante hoy ha contextualizado lo que le depara a la entidad?

 

Ahí están sus mensajes, conferencias y foros, pero lo cierto es que más que un gobernante burocrático, se requerirá un auténtico promotor de la inversión.

 

Podrá caer mal o bien, pero en Nuevo León eso ya ocurre con Samuel García, cuyo equipo lo conforma empresarios con conexiones internacionales, no funcionarios de medio pelo.

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