03-05-2024 08:53:34 AM

El lastre de los 20 puntos; la ilusión del 68%

Por Valentín Varillas 

 

La realidad opositora en Puebla tiene dos indicadores que mandan por sobre todos los demás. 

El primero, lógicamente, tiene que ver con el porcentaje de intención de voto que tienen entre el electorado potencial. 

En este rubro, los ejercicios estadísticos reales, serios, los que muchas veces se quedan en el tintero y jamás se hacen públicos, muestran una desventaja promedio de 20 puntos porcentuales. 

La cifra mide a los tres partidos adversarios de Morena compitiendo en alianza. 

Este es el lastre más pesado para quien decida frenar la continuidad el oficialismo en la entidad. 

El posicionamiento de la marca guinda es muy superior al que traen juntos blanquiazules, tricolores y amarillos. 

Suma el hecho de que el presidente López Obrador entre al último año de su administración con una aceptación del orden del 60% entre sus gobernados. 

También, el que se haya erigido como jefe de campaña de facto de la 4T. 

Todos los días, en su conferencia de prensa matutina, en el discurso público del jefe del ejecutivo federal hay alguna frase proselitista a favor del movimiento que fundó. 

Revertir semejante diferencia en un período tan corto de tiempo -prácticamente 11 meses- parece imposible de lograr. 

Para acortar distancias, en el frente opositor saben que es necesaria una elección con un muy alto porcentaje de participación ciudadana. 

El famoso “voto orgánico”. 

 

Ese que emiten ciudadanos comunes, que no forman parte de una estructura partidista o de algún nivel de gobierno. 

Ellos no tienen un interés económico o político directo en el resultado de un proceso. 

Optan por alguno de los contendientes de manera espontánea y son el único contrapeso real a la operación de instancias públicas con fines políticos. 

En su presupuesto, de cara a la renovación de la gubernatura en el 2024, para tener una oportunidad mínima de ser competitivos, tendría que acudir a las urnas un 68% del total de los poblanos inscritos en el padrón electoral estatal. 

Prácticamente un nivel de asistencia idéntico al que se tuvo en el 2018. 

Elecciones muy concurridas facilitan siempre las condiciones de cambio político, con excepción de aquel proceso, en donde en Puebla se ensayó uno de los más escandalosos fraudes electorales de la historia. 

Los opositores a la 4T, tienen ya metas específicas a alcanzar y cerca de 335 días para convertirlas en realidad. 

Su gran problema es que no se ven los cuadros y liderazgos que cumplan con los estrictos requerimientos de la rentabilidad electoral, siquiera para acercarse a estos ambiciosos objetivos. 

Oscurísimos y muy densos nubarrones, se ven en su horizonte político a corto plazo. 

Irremediable e irreversiblemente. 

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